Cuatro obras de épocas y latitudes distintas serán interpretadas por músicos de la Academia Filarmónica de Medellín el 3 de septiembre. Ese sábado Esteban Rúa, Miguel García, Lina Velásquez, David Espinosa y Santiago Escobar exhibirán además el avance que han tenido como ensamble de percusión de Afmed, proyecto que comenzó en 2013.
Esteban y Miguel comenzaron en bandas sinfónicas de Barbosa y La Ceja, respectivamente, y se encontraron en la de Sabaneta, donde con viajes, concursos y triunfos se despertó en ellos el amor por la música y, en especial, por la percusión. Los dos estudian en Eafit.
En el concierto de temporada de la Academia Filarmónica ellos serán los primeros, y tocarán el dueto de marimbas Octabones, de Ady Morag. “Esta obra fue difícil de montar, pero Esteban y yo hemos estado tocando juntos desde siempre y esa es una de nuestras ventajas, nos entendemos muy bien. Eso nos ayudó mucho”, dice Miguel. “Hay muchas cosas personales que afectan los ensayos, pero hay que manejar muy bien esta parte porque estamos trabajando por algo más grande que nosotros mismos, que es la música”, dice el joven intérprete.
Esteban complementa que esta obra tiene una “gran riqueza tímbrica” que será complementada por efectos y recursos sonoros. La segunda obra, Cyclic variations, del colombiano José Guillermo Martínez, es un cuarteto de marimbas que interpretarán junto a Lina Velásquez y Santiago Escobar que tiene elementos muy colombianos. Esteban recuenta que en el primer movimiento podrán escucharse ritmos latinos como la salsa, y en el segundo, el compositor buscó traducir a notas los números de las víctimas del conflicto armado interno del país.
Las dos obras finales son sinfónicas, pero también tienen gran participación de la percusión. La Sinfonía India de Carlos Chávez es, según Ramiro Isaza, profesor de historia de la música, la obra más conocida de este compositor y una expresión del nacionalismo mexicano. “Chávez combina unas técnicas modernas con buscar las raíces en la música indígena”, dice Ramiro. Fue escrita en 1936, después de la Revolución Mexicana, en un momento en el que los artistas se concentraban en estas exaltaciones.
Finalmente, la Sinfonía n° 2 del finlandés Jean Sibelius culminará el concierto con esta obra que tiene influencias del ruso Tchaikovsky, y que, explica Ramiro, es considerada “una radiante canción al verano y la alegría de vivir”, y en palabras del compositor, “una confesión de su alma”. “Sibelius es un compositor muy difícil de clasificar, su manera de componer es muy moderna, podría decirse que sus obras son orgánicas, parece que crecieran desde adentro”, concluye el profesor.
Este concierto será dirigido por Juan Carlos Lomonaco, director mexicano. Será el 3 de septiembre a las 6 pm. en el Colegio Alemán. Entrada libre.