En la década de 1980, Steve Jobs describió la computadora como una “bicicleta para la mente”. Esta metáfora destacaba cómo las computadoras amplificaban las capacidades humanas, permitiendo a las personas ir más allá de sus limitaciones naturales. Hoy, en la era de la inteligencia artificial generativa (GenAI), estamos experimentando un momento similar. De manera comparable, la GenAI es la nueva bicicleta para la mente, aumentando lo que podemos soñar y lograr.
Algo que se nos quedará corto rápidamente, la GenAI está destinada a potenciar nuestras habilidades mentales de manera exponencial. Podemos compararla más apropiadamente con un cohete, que nos llevará a alturas y velocidades impensables, catapultando nuestras capacidades a niveles astronómicos. Nos permitirá no solo realizar tareas con mayor rapidez y eficiencia, sino también explorar y materializar ideas que antes parecían inalcanzables. Esta aceleración exponencial en nuestras capacidades abrirá nuevas fronteras en la innovación y la creatividad, llevando nuestra mente a niveles que nunca habíamos imaginado.
Los agentes inteligentes: pequeños Minions a nuestro servicio
Algo que siempre le había envidiado a Gru en la película Mi villano favorito, es ese batallón de criaturas (Minions) que hacen posible las más locas ideas. Hasta hoy, con la llegada de los agentes inteligentes, tengo a mi disposición un conjunto de Minions que he entrenado para tareas específicas, que me complementen durante el día. Si bien, la imagen popular de IA se asocia con la idea de una sola inteligencia artificial omnipotente o como un robot aliado (R2D2, C3PO, Robotina, etc.) que lo hace todo. Ahora, con mis Minions tengo muchas pequeñas IA, cada una especializada en un área específica. Esta especialización permite a los agentes ser extremadamente competentes en tareas particulares, asegurando que las soluciones sean precisas y eficientes.
En lugar de una IA generalista, estos agentes inteligentes trabajan juntos, formando una red colaborativa que puede abordar problemas complejos dividiendo el trabajo en tareas manejables. Por ejemplo, un agente puede estar diseñado para analizar datos financieros, mientras que otro puede estar optimizado para la atención al cliente. Así, al comunicarse entre sí, estos agentes crean un ecosistema robusto y dinámico capaz de adaptarse rápidamente a nuevas situaciones y desafíos.
El enfoque estoico en la creación de los agentes inteligentes
La filosofía estoica nos enseña que debemos enfocarnos en el presente, en lo que podemos controlar y dedicar nuestra energía a las tareas más importantes. Este principio es particularmente relevante en el diseño y la implementación de agentes inteligentes. De hecho, como decía, en lugar de intentar crear una IA que pueda hacerlo todo, debemos centrarnos en desarrollar agentes especializados con un enfoque claro y definido.
Crear agentes con un propósito específico permite que cada uno se convierta en un experto en su dominio, proporcionando soluciones de alta calidad y eficiencia. Estos agentes, al comunicarse y colaborar entre sí, forman una red poderosa capaz de abordar una amplia gama de tareas. Así, este enfoque modular no solo mejora la eficacia, sino que también facilita la escalabilidad y la adaptabilidad del sistema en su conjunto.
Del B2B/B2C al B2AI: la nueva frontera
En este nuevo modelo, estos agentes inteligentes conocerán tanto de nosotros que podrán tomar decisiones en nuestro nombre, conectándose con las empresas y facilitando transacciones y procesos de manera autónoma. Por ejemplo, imaginemos un agente que gestiona nuestras finanzas, otro que organiza nuestras compras y otro que planifica nuestros viajes. Estos dos últimos agentes colaborarán con otros agentes corporativos para ofrecer servicios optimizados y personalizados, llevando la eficiencia y la personalización a niveles sin precedentes.
Y es aquí donde se rompe lo que históricamente en los negocios hemos categorizado como B2B (business-to-business) o B2C (business-to-consumer). Ya que con el avance de la GenAI, esta distinción se desvanece. Los negocios deben migrar hacia un modelo B2AI (business-to-artificial intelligence), donde tengamos una promesa u oferta de valor que nos permita ser la opción como negocio de las conexiones que nuestras IA harán. En el ejemplo que veíamos la IA decidirá cuál es la mejor aerolínea para un trayecto, o la marca de la leche que necesitemos a la hora de hacer las compras, entre otros cambios. Este cambio es esencial porque estamos en el umbral de un mundo dominado por la AI2AI (artificial intelligence-to-artificial intelligence), donde los agentes inteligentes no solo interactúan con humanos, sino que también se comunicarán y tomarán decisiones entre ellos.
Un futuro impulsado por la GenAI
La GenAI está redefiniendo nuestras capacidades y transformando la manera en que interactuamos con la tecnología. Al adoptar modelos de negocio B2AI y desarrollar agentes inteligentes especializados, estamos construyendo un futuro donde la IA no solo amplifica nuestras habilidades, sino que también se convierte en una extensión de nuestra mente y voluntad. De este modo, este futuro promete una colaboración sin precedentes entre humanos y máquinas, donde los sueños se convierten en realidad y las posibilidades son infinitas.
En este nuevo mundo, la GenAI es la bicicleta que nos llevará más lejos, más rápido y con mayor libertad que nunca antes. Al igual que la computadora en los años 80, la GenAI está destinada a ser una herramienta fundamental para la innovación y el progreso humano.
Y tú, ¿qué agentes te has creado?