Desde el 2012 se reúne esta mesa que está integrada por instituciones públicas, organizaciones sociales, académicos y expertos.
Congresos webcam y menores de edad que reciben dinero a cambio de sexo, en parques o apartamentos de El Poblado y otros sitios. Niños y jóvenes cuyos cuerpos aparecen en videos que recorren la web entera, clínicas que a veces no dan abasto para tratar a las mujeres que llegan con enfermedades de transmisión sexual o pederastas de otras nacionalidades que libera la justicia colombiana. Estas y otras historias hacen parte de las realidades que se tratan en la Mesa Intersectorial contra la Escnna, abreviación con la que se denomina la explotación sexual y comercial de niñas, niños y adolescentes, para la obtención de ganancias sexuales, económicas o políticas.
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Esta mesa se reúne con regularidad en Medellín desde el 2010 y está integrada por representantes del gobierno local, departamental, nacional, la sociedad civil, la academia y el sector privado. Jazmín Santa, profesora de la facultad de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana hace parte de ella y trabaja para hacerla visible y unirla a otras organizaciones que luchen por el mismo propósito: prevenir, promover y lograr que la Escnna deje de ser vista como normal y continúe en aumento.
“Ante tantas historias turbias, en Medellín, me anima ver los esfuerzos de muchas personas que trabajan para evitar que suceda la explotación de niños, niñas y jóvenes”
Para esto y junto a los otros integrantes de la mesa, busca incidir a través de acciones, investigaciones e información verificada. Aquí no hay egos ni protagonismos. “Todos estos elementos explican por qué la mesa se ha sostenido en el tiempo”, dice. Agrega que buscan apoyos y alianzas.
Una situación en aumento
De acuerdo con Jazmín Santa, la explotación sexual en Medellín es un fenómeno que sigue en aumento, a pesar de los esfuerzos de organismos como la secretaría de Inclusión Social, Derechos y Familia. Cuenta que las cifras aumentaron durante la pandemia, un tiempo en el que, ante la precariedad de la vida, trasladó los delitos y prácticas de otros sitios a barrios como El Poblado. Cuenta que ahora, ante el cierre del parque Lleras, muchas de las personas que buscan la explotación sexual, llevan los niños, niñas y jóvenes a apartamentos o a lugares que se ofrecen a través de Airbnb y a los que se dificulta el ingreso de las autoridades.
3.038 son las víctimas visibles y verificadas de la ESCNNA, en Medellín, entre el 2010 y 2022, según la Fiscalía.
A lo anterior, agrega la promoción de Medellín como destino turístico, antes de que la ciudad estuviera lista para abordar problemáticas como la explotación sexual. Esto ha atraído personas con problemas de salud mental, redes de contactos de pederastia y patrones de comportamiento o prejuicios que los lleva a desafiar los límites sociales.
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Para Jazmín Santa, la explotación sexual es un tema que cada vez gana terreno, por la historia previa de abuso sexual de muchas mujeres, la falta de estrategias de educación de niños y jóvenes, antes de tener acceso a la tecnología. Se suma el hecho de ser un negocio lucrativo, la tendencia a la adicción en puntos variados de la ciudad y la falta de regulación para acceder a sustancias o drogas antidepresivas, como el tramadol, que actualmente consumen varios jóvenes en Medellín, según cifras recientes que conoce.
Para ella, la clave está en la articulación de la comunidad y las autoridades.
“Si unimos esfuerzos será posible evitar que la explotación sexual se convierta en una situación normal en Medellín”, explica. E invita a la comunidad a las actividades que se realizarán durante septiembre, a propósito del día 23, fecha que promueve la Organización de Naciones Unidas contra la Explotación Sexual.
Las cifras existentes apuntan hacia dos puntos: la necesidad de unificarlas, aclararlas y definirlas. A esto se suma la importancia de realizar acciones para evitar que esta situación avance. De acuerdo con los datos suministrados por la Fiscalía hasta el 2022, la explotación sexual afecta, en el último tiempo, a las mujeres migrantes.
También se sabe que la mayoría de menores de edad vive en sectores como Villa Hermosa y La Candelaria. Una vez se establece el contacto a través de redes sociales, lugares o incluso, instituciones educativas, se conoce que la “perpretación de los abusos se realiza en inquilinatos, hoteles o fincas alquiladas a través de Airbnb.
Las cifras evidencian una baja efectividad en la respuesta de los organismos capaces de cambiar esta situación y un bajo porcentaje de judicialización de los involucrados. A esto se suma una falta de compromiso de los medios de comunicación. Jazmín Santa y sus compañeros de esta mesa seguirán trabajando para crear conciencia, hacer visible esta situación y evitar que sea vista como normal, para muchos, en Medellín. Por esto, consideran vital la unión de todas las personas.
Acto en El Poblado
El próximo 23 de septiembre, de 6 a 11 p.m, en el Parque El Poblado, se harán actividades para hacer visible la explotación y evitarla. Actores diversos, conversaciones y actividades culturales se realizarán en este día y con el propósito de que la ciudad participe. Para aclarar dudas o ser parte: escribir al correo electrónico [email protected]