Por Alberto Correa
Si encontramos algo solemne e importante a lo largo del discurrir de un año, es todo lo concerniente a la Semana Mayor o Santa. Los signos y símbolos, los cantos, los rezos, las procesiones, los sermones, todo tiene un sabor especial cuyo sentido es hacernos vivir la alegría de la Resurrección, a través de las vivencias de la Pasión y con la esperanza que nos dan nuestras convicciones más íntimas. Esto es lo que llamamos sacro. La música es el vehículo perfecto para hallar la significación más importante de este tiempo ideal para el encuentro con nosotros mismos, para culminar con nuestro encuentro definitivo con ese Dios Armonía, principio y motor móvil de toda la creación.
Cada año, el Estudio Polifónico y la Orquesta Filarmónica de Medellín preparan un concierto especial con esa música sacra, que se encargará de recordarnos el significado de los días santos. Por esta razón, año tras año hemos preparado las obras más hermosas del repertorio sinfónico-coral para acompañar a todos nuestros oyentes en sus más íntimos momentos de reflexión, con lo que se ha considerado como la más hermosa y completa producción del hombre: la música sinfónico-coral.
Para este año hemos escogido la Misa de Réquiem en Do menor, de Luigi Cherubini. Si bien su música no es tan conocida hoy en día, este compositor italiano fue enormemente admirado por sus contemporáneos. De hecho, Beethoven lo consideraba el mejor compositor dramático de su época. Su Réquiem es una de las obras más impresionantes, conmovedoras, profundas y hermosas de la vasta literatura sinfónico-coral. (Prácticamente, cada compositor creó su propio Réquiem. Los más conocidos, los de Fauré, Mozart, Dvorák, Britten, Penderecky, Brahms, Tomás Luis de Victoria y el inmortal que interpretaremos en el próximo Festival Internacional de Música de Medellín, el de Verdi). La orquestación simple y clásica, la cuerda al estilo de la época, con 27 instrumentistas; las maderas a dos, sin flautas, y los metales muy a la usanza: dos cornos, dos trompetas, tres trombones y un solo percusionista que acompañan al coro mixto, en una armonía del más clásico estilo, con sus manifestaciones homofónicas y algunos ejemplos de la más intrincada polifonía en hermosos pasajes de un fino contrapunto, como en el Quam olim Abrahae promisisti, (como lo prometiste a Abraham y a su descendencia).
Una obra sencilla, sin solistas, que utiliza el coro que expresa todo el tremendo texto de esta singular Misa. Está acompañada por una orquesta que tratará de reforzar sus inmensos momentos dramáticos, fortaleciendo las humildes y a veces desesperadas y agradecidas peticiones que se suceden durante todo el Ordinario de la Misa.
Este viernes 22 de marzo el concierto central se realizará en el Auditorium Maximum del Colegio Alemán, hermosa construcción, con una envidiable sonoridad y excelente acústica, localizada en Ditaires, en Itagüí. El sábado de Pasión inaugurará el XXXVI Festival de Música Sagrada de Marinilla y el Domingo de Ramos inaugurará la Semana Santa de Santa Fe de Antioquia.