De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -DANE-, el sector de la infraestructura en Colombia (conformado por edificaciones, obras civiles y servicios de construcción) pasó de representar el 6,3 % del Producto Interno Bruto -PIB- en 2019, al 4,3 % en 2023. Según analistas si esta tendencia se mantiene afectará directamente la generación de empleo y la dinámica económica del país.
Vivir en El Poblado dialogó con José Fernando Villegas Hortal, director de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, seccional Antioquia, sobre este incierto panorama del sector constructor y el avance de grandes obras civiles en el territorio.
¿Qué balance dejó el primer semestre en materia constructiva?
“No ha sido un año bueno. Tenemos muchas esperanzas en lo regional con inversiones por parte del departamento de Antioquia y el municipio de Medellín. Nos preocupa el poco apoyo por parte del Gobierno nacional. Parece que hay una decisión de no considerar al sector de la infraestructura como estratégico”.
¿Cómo recibe la cesión de 4,2 kilómetros de vías del túnel del Toyo?
“No se ve bien la irresponsabilidad del gobierno de abandonar su obligación en una carretera que todavía demanda inversiones por más de $600.000 millones para culminarla. Me gusta la valentía y decisión de Antioquia y Medellín, pero nos preocupa la desidia del Gobierno nacional”.
¿Qué impacto va a generar esa demora en el proyecto?
“Esta es quizás la única vez que una administración departamental y una ciudad del país, como Medellín, tienen que invertir en una carretera que es responsabilidad exclusiva del Gobierno nacional. El riesgo de no concluir ese tramo de 39 kilómetros de vías del Toyo, que aún faltan, es que se puede convertir en un ‘elefante blanco’, pues esa parte es una especie de variante que solo conecta entre sí, no lleva a otra parte y solo funciona cuando esté totalmente terminada”.
¿Ya recibieron respuesta de la propuesta que le hicieron al presidente Petro para reactivar la economía a partir de cinco grandes proyectos viales?
“Ninguna. Hemos tratado de mantener una comunicación con el Gobierno nacional, pero ha sido difícil. Por eso celebramos la llegada de María Constanza García Alicastro como ministra de Transporte. Ojalá pueda ser una buena interlocutora entre nuestros propósitos y la voluntad del gobierno”.
¿Cómo avanzan las otras 4G que se construyen en Antioquia?
“Bien en términos generales, pero no puede ser que una inversión de casi $19 billones esté en riesgo por uno o dos billones que este gobierno no quiere facilitar. Siguen insistiendo que estas son vías para Antioquia y no, son carreteras para todo el país: el Valle del Cauca, la meseta cundiboyacense y el Eje Cafetero van a cruzar por acá rumbo a los puertos de Urabá y otros destinos”.
¿Cuál es el reparo de la CCI a la adjudicación del intercambio vial de Fábricas Unidas, en Itagüí?
“Tal y como ocurrió en Bello con la adjudicación de los intercambios ‘La Seca’ y Fabricato, eso mismo pasó con la Agencia Pública de Emplepo de Itagüí -ADELI-, una empresa social y comercial de ese municipio. Ellos lo asignan directamente y así evaden la Ley de Contratación Estatal. Eso limita la participación de firmas locales de ingeniería con experiencia y seriedad técnica. Y así llegan proponentes que le hacen daño a las empresas serías de ingeniería”.
¿Estas situaciones cómo afectan la generación de empleo en el sector?
“Muchísimo. A esta oficina vienen permanentemente mis afiliados a decirme, oiga yo tengo 1.000 empleados y voy a tener que mandar 700 a la casa. Y qué hacemos ahí, si es que tenemos una responsabilidad social no solamente con estos 700 empleados que se quedarán sin trabajo sino con 700 familias que quedarán perjudicadas. Antes se pensaba que la mano de obra nuestra era de personal no calificado, pero el tema es que nuestro personal no se consigue a la vuelta de la esquina. Hoy en día tenemos un personal muy capacitado, muy profesional y que se está quedando sin oportunidades de acción”.
Es que el sector también impacta otros renglones de la economía…
“Así es, además de los centros urbanos, nosotros somos los mayores empleadores en los municipios más alejados de Colombia. En muchas partes somos la única opción de empleo decente calificado. Este sector tiene un factor multiplicador en otros subsectores. Los constructores, por ejemplo, somos grandes consumidores de combustible, lubricantes, llantas, compañías de seguros, servicio financieros y seguridad; y de otros servicios como alimentación, transporte, confección. Son muchos los aspectos y formas como la infraestructura y la edificación irrigan y aportan a la dinamización de la economía”.
¿Cómo repercute en el sector las alteraciones del orden ciudadano que se registran en muchas partes de Colombia?”
“Yo trato de estar concentrado en el tema de infraestructura porque ese otro es muy complicado, pero puedo hablar por mi sector. En muchos de los sitios donde ejecutamos obras no existe institucionalidad, ni presencia del Estado colombiano. Estamos volviendo a las épocas de hace muchos años donde uno llamaba a la fuerza pública, pero casi no había capacidad de respuesta. Falta mucha presencial estatal en casi todo el territorio nacional, y ni qué decir en Antioquia”.
El gremio confía en la pronta reactivación de proyectos que estimulen la construcción en el territorio metropolitano. Se estima que el sector de la infraestructura en Colombia, conformado por edificaciones, obras civiles y otros servicios afines, genera cada año, en promedio, 1.5 millones de empleos.