/ Jorge Vega Bravo
Hablé del cáncer como un estado de separación; como una segunda separación después de salir de la unidad, al encarnar en la tierra. El Yo humano -ese aspecto oculto de nuestro ser que se revela en la identidad- está constituido para el desarrollo, para la evolución. Y la enfermedad es una ayuda para este propósito. Dice Novalis (1772-1801): “Las enfermedades, especialmente las crónicas, constituyen un aprendizaje del arte de la vida… Se debe intentar aprovecharlas a través de las observaciones diarias. ¿No es la vida una invitación permanente al aprendizaje? El ideal de la salud perfecta es posible sólo desde el punto de vista científico. La enfermedad se relaciona con el proceso de individuación”.
El pensamiento médico contemporáneo está enfocado en una visión del mundo unilateral, alimentada por la visión materialista de la ciencia. En muchos países existen puntas de lanza en la comunidad médica, que han abierto su mente a otra visión del ser humano y al enfoque del tratamiento de enfermedades graves como el cáncer. Acabo de terminar un ciclo de formación de 8 seminarios de Oncología Integrativa con la dirección del Gastroenterólogo-Oncólogo Dr. Harald Matthes del hospital Havelhöhe de Berlín, y con la participación de los reconocidos investigadores alemanes: Dra. Gunver Kiene y Dr. Helmut Kiene, del Instituto de Epistemología aplicada y Metodología médica de Friburgo. El Dr. Matthes1 -, es una autoridad mundial en cáncer. Es invitado permanente a los congresos de la American Society of Clinical Oncology: ASCO; el punto de partida de estos tres médicos es la oncología convencional, pero amplifican la mirada hacia otros aspectos diagnósticos y terapéuticos. Un paciente con cáncer en Havelhöhe, recibe apoyo desde la psiconcología, y en simultánea con la quimioterapia o la radioterapia, recibe ayuda con terapia artística, con Euritmia curativa o con medicamentos no convencionales como el muérdago (Viscum Album). Invito respetuosamente a los oncólogos convencionales a investigar sobre el Viscum. Hay páginas serias en la red que muestran la dimensión de esta planta en la oncología moderna2. Y los citados Kienle y Kiene tienen un trabajo científico de revisión de todos los estudios clínicos hechos con muérdago3.
En Medellín ya tenemos un grupo de pacientes que se apoyan en la terapia artística y la terapia con muérdago como coadyuvantes en el tratamiento del cáncer. Y de los 49 oncólogos clínicos que hay en Medellín, hay un pequeño grupo que han observado cambios en la evolución y calidad de vida de sus pacientes que reciben Viscum como coadyuvante del tratamiento convencional, y se han interesado en la oncología antroposófica.
R. Steiner nos legó una meditación para los pacientes con cáncer, fundamentada en la necesidad de calor que tienen estos enfermos: “En mi la fuerza del calor / yo siento la fuerza del calor/ que me penetra. /Me penetra desde la cabeza / a través del corazón. / A través de todo el cuerpo, / yo me siento penetrado de calor”.
1 http://www.havelhoehe.de/mitarbeiter/profil/dr-med-harald-matthes.html
2 http://mistletoe.org.uk/homewp/index.php/medicine/cancer-therapy/ y http://www.cancer.gov/about-cancer/treatment/cam/patient/mistletoe-pdq
3 Kienle y Kiene. El muérdago en la oncología. Hechos y conceptos fundamentales. New York 2003.
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