La irrupción de la Inteligencia Artificial -IA- en el ámbito educativo ha marcado un punto de inflexión en la manera en que se enseña y se aprende. Esta tecnología, que avanza a un ritmo acelerado, ofrece oportunidades sin precedentes para personalizar el aprendizaje y mejorar la eficiencia en las aulas.
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Sin embargo, también plantea desafíos significativos que requieren una reflexión profunda sobre su impacto en los métodos de enseñanza tradicionales y en el futuro del sistema educativo, tanto en Colombia como en el resto del mundo.
Retos para los docentes: ¿aliados o competencia?
Esta tecnología plantea importantes desafíos para los docentes. Uno de los mayores temores es la posibilidad de que reemplace funciones tradicionales del educador, lo que podría llevar a una deshumanización del proceso educativo. Sin embargo, este riesgo puede mitigarse si se entiende que debe ser vista como una herramienta complementaria que permite a los docentes concentrarse en aspectos más humanos del proceso educativo, como:
- La mentoría.
- La orientación ética.
- El desarrollo de habilidades socioemocionales.
Para Felipe Arango, experto Edtech -educación tech-, asesor de la Institución Universitaria Colombio Americana Única:
“La inteligencia artificial puede darnos la oportunidad de optimizar procesos y tareas para que los docentes tengan más tiempo libre para dedicarse a la tarea esencial de la educación: formar seres humanos íntegros, plenos, llenos de vida y esperanza. En otras palabras, usar la máquina para no formar máquinas sino seres humanos”.
Este enfoque subraya la necesidad de un modelo de co-inteligencia, en el que la tecnología y los docentes trabajen en conjunto para maximizar los beneficios del aprendizaje personalizado sin perder la calidez y empatía humanas.
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Por ejemplo, en la Institución Universitaria Colombo Americana Única se busca integrar la Inteligencia Artificial en los procesos educativos, ofreciendo a los maestros herramientas innovadoras que potencien su labor pedagógica. Para esto ofrece una Maestría en Educación, un programa diseñado para preparar a los profesionales de la educación en un entorno cada vez más tecnológico, asegurando que la enseñanza no solo sea efectiva, sino también humana y adaptada a las necesidades actuales.
Innovación y personalización en el aprendizaje
La Inteligencia Artificial ha transformado la manera en que los estudiantes acceden al conocimiento y cómo los educadores pueden personalizar la enseñanza. A través de sofisticados algoritmos de aprendizaje automático, la herramienta tiene la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos educativos para crear experiencias de aprendizaje adaptativas.
Esto permite a los educadores diseñar contenidos y métodos que se ajusten a las necesidades específicas de cada estudiante, abordando así las diferencias en el rendimiento académico, fomentando una mayor motivación y compromiso.
Desafíos éticos y la necesidad de inclusión
Uno de los desafíos más críticos, es el riesgo de que esta tecnología amplifique las desigualdades ya existentes en el acceso a recursos educativos. En un país donde las brechas socioeconómicas, culturales y geográficas son significativas, la adopción de IA en las aulas podría ampliar las desigualdades entre estudiantes de diferentes regiones y contextos. Muchos modelos, desarrollados con datos y enfoques que no siempre reflejan la realidad colombiana, pueden favorecer a aquellos que ya tienen acceso a mejores infraestructuras tecnológicas y recursos educativos, dejando atrás a comunidades rurales o de bajos ingresos.
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María Lucía Casas, rectora de la Institución Universitaria Colombo Americana Única, dijo:
“Para enfrentar estos retos, es crucial que exista una articulación con las instituciones educativas y las entidades del estado encargadas en Colombia para que se adopte un enfoque inclusivo que contemple las diversas realidades del país. De este modo, la IA puede convertirse en un aliado para cerrar brechas en lugar de ampliarlas, promoviendo una educación más equitativa y diversa”.
Estas disparidades no solo amenazan con profundizar la brecha digital, sino que también pueden llevar a una pérdida de identidad cultural y lingüística, especialmente en regiones donde se hablan lenguas indígenas o se practican tradiciones culturales que no están bien representadas en los modelos de inteligencia artificial predominantes. La falta de acceso equitativo a estas nuevas tecnologías de calidad podría también marginar a estudiantes que no tienen las mismas oportunidades para interactuar con estas herramientas, lo que podría limitar su desarrollo académico y profesional.
La educación del futuro
El camino hacia una educación enriquecida por esta herramienta no puede ser un esfuerzo aislado. Requiere la colaboración estrecha entre: educadores, desarrolladores tecnológicos, gobiernos y la sociedad civil en su conjunto.
Los docentes necesitan formación continua para adaptarse a las nuevas tecnologías y aprovecharlas al máximo, mientras que los desarrolladores deben estar comprometidos con la creación de herramientas que respeten y reflejen la diversidad cultural. Las entidades encargadas, por su parte, tienen la responsabilidad de establecer marcos regulatorios claros que aseguren un uso ético y seguro de la IA en las aulas.
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Este enfoque debe incluir también a los estudiantes, quienes no solo serán beneficiarios de la inteligencia artificial, sino que también deben ser formados en el uso crítico de estas herramientas. La alfabetización digital se vuelve fundamental en este contexto, para que los estudiantes no solo consuman tecnología, sino que la entiendan y, eventualmente, la desarrollen y la mejoren. De este modo, la IA en la educación puede convertirse en una herramienta valiosa que prepare a los estudiantes para los retos del futuro, en lugar de una fuerza que los controle o los margine.