“Lo que no se mide no se puede gestionar o diseñar”.
¿Cómo mido la cultura? ¿Cómo se ve el impacto en los resultados del negocio? Estas son algunas de las preguntas que más aparecen sobre la mesa. Siendo una convencida de lo que puede lograr una cultura auténtica, saludable y consciente, gestionada de forma permanente, quiero compartir ocho cifras relevantes para que reflexionemos sobre la importancia de la gestión de la cultura, recordando, además, que la cultura es un tejido de elementos, que vistos de forma independiente, nos van dando más claridad para tomar decisiones:
- Empecemos por los datos de nuestro observatorio de cooltura, obtenidos en el 2023: el 82 % de las personas NO se sienten conectadas con la organización. -Caramelo Escaso-
A veces, dedicamos mucho tiempo al hacer, y nos olvidamos de construir relaciones de confianza que eleven los niveles de conexión y entendimiento del negocio que, en última instancia, son las que permiten que las personas puedan comprometerse con los resultados de cada organización.
- Hoy en día, hasta el 46 % de los solicitantes de empleo buscan principalmente oportunidades laborales en empresas con una auténtica cultura organizacional. –Gallup-
Si quiero atraer buen talento, más nos vale invertir en la gestión de la cultura. Los candidatos han empezado a preguntarse cómo se gestiona la cultura, y no precisamente lo hacen a través de quien los está entrevistando. Hacen una profunda investigación de mercado antes de aceptar un cargo, y el salario ya no es el gran “vendedor del rol”. La cultura está siendo el primer criterio de evaluación. Diseñar una cultura auténtica permite identificar con mayor claridad al candidato; si podría conectarse o no con ese lugar de trabajo, o la empresa identificar si esa persona, sería un movilizador de esa cultura. No todas las personas son para todas las culturas. Entonces, entender muy bien la nuestra, nos permite equivocarnos menos y eso lleva a un ahorro importante en nuestros procesos de selección y formación.
- 70 % de los empleados comprometidos indican saber cómo satisfacer las necesidades de los clientes, mientras que sólo un 17% de los no comprometidos puede decir lo mismo. –Right Management-
Invertir tiempo en el compromiso de las personas con los lugares de trabajo, nos asegura mayor satisfacción frente al cliente, y al final, ¿no es eso lo que todos perseguimos? Esto quiere decir que si descuidamos el compromiso, bajará nuestro indicador de satisfacción del cliente, ¿no?
- “Las empresas con una cultura corporativa fuerte ven un aumento de 4 veces el crecimiento de los ingresos en comparación con las empresas con una cultura débil” –Harvard Business Review-
La cultura es un propulsor que sin lugar a dudas entrega mejores resultados a la organización. La clave está en el entendimiento que cada empresa le da a la cultura, y para nosotros, es el facilitador de todas las iniciativas, no como una iniciativa en sí misma.
En estos 15 años diseñando cultura en más de 200 compañías, entendiendo varias dinámicas organizacionales, podemos evidenciar cómo una empresa que gestiona la cultura de forma permanente e intencionada, obtiene mejores resultados que las que lo hacen como un proyecto más, o cómo parte del proceso de talento humano. Aquellas que lo incorporan como una ventaja competitiva del negocio, logran percibir mejores resultados, mayor conexión de sus empleados y un elevado sentido de propósito.
John P. Kotter y James Heskett realizaron una minuciosa investigación en empresas, así como Hewlett-Packard, Xerox, ICI, Nissan y First Chicago: un estudio cuantitativo de la relación entre cultura y desempeño, en más de 200 empresas, en el que los autores describen cómo los valores compartidos y las reglas no escritas, pueden mejorar profundamente el éxito económico o, por el contrario, llevar a la incapacidad de adaptarse a mercados y entornos cambiantes.
- “11 billones de pérdidas anuales debido a la rotación de empleados”. –Forbes-
Si hacemos la tarea de cuantificar cuánto realmente invertimos en selección, formación y salida de personas claves, invertiríamos mucho más en nuestra cultura. Si bien la rotación llegó para quedarse, debemos co-crear culturas que inviertan en la construcción de un tejido cultural consistente, para que las personas puedan permanecer más tiempo, o como bien dice Tope Awotona el CEO de Calendly: “Hagamos todo lo que podamos desde la cultura, que si se van para otro lugar, se haya hecho tan bien la tarea, que terminen hablando de la forma como estamos haciendo las cosas acá, y esto seguro, elevará nuestro posicionamiento como marca empleadora”.
- “2.5 veces aumentaron los ingresos las empresas con empleados altamente comprometidos versus las que tenían bajos niveles de compromiso”. –Bain & Company-
Invertir en el compromiso es invertir en cómo me siento frente a los retos de la organización. El compromiso sólo puede lograrse en entornos dónde se construye confianza, se invierte tiempo en conversaciones valiosas y se intenciona un ambiente seguro, en el que se se puede decir lo que está bien, lo que está mal, y más importante aún, lo que puede poner en riesgo a la empresa.
- “89% de los líderes piensa que la remuneración es la razón #1 de la deserción de los empleados, pero menos del 12% de los empleados lo citan como la razón de salida”. –Branham, 7 Reasons Employee Leave-
Podemos invertir todo el dinero del mundo en retener a las personas por un salario, bonos o regalos, pero si no gestionamos la cultura, simplemente habremos perdido dicha inversión
- “Los empleados que sienten que su voz es escuchada, tienen 4,6 veces más probabilidades de realizar su mejor trabajo”. -Gallup-
- “La renuncia silenciosa (cumplimiento mínimo de las funciones por parte del empleado) provoca pérdidas empresariales en todo el mundo de hasta 1,5 billones de dólares cada año”. -Team Building-
En conclusión, la retroalimentación y los espacios de conversación se siguen viendo por algunos como: “ Le estamos robando tiempo al negocio”. Sin embargo lo que verdaderamente roba rentabilidad, son personas desconectadas haciendo su trabajo, sin agregar valor. Y la ecuación es realmente sencilla, si creemos que invertir tiempo está en conversar, conectar, construir relaciones y gestionar la cultura.
Cuando desde Caramelo Escaso aplicamos la herramienta de madurez cultural, pocas compañías están en el punto de agregar valor y marcar la diferencia. Mientras la cifra de desconexión siga siendo alta, pocas empresas estarán sacándola del estadio.
Si bien esto nos deja unas pinceladas de algunos factores determinantes a la hora de medir la cultura, cada empresa debe tener su propia forma de medir la cultura según lo que quiera lograr, no existe una única fórmula. Como dice mi colega de cultura antes mencionado, Jhon P Kotter: “creer que se puede ganar con estrategia, pero sin cultura, sería como si un atleta corriese toda una carrera con una sola pierna, o pensar que se puede ganar una carrera de caballos con un pura sangre, sin jockey. O estar seguro de que uno puede salir primero en una carrera náutica, solo por tener un gran velero, sin la tripulación necesaria para navegarlo”.
Los líderes que pensamos en la sostenibilidad y largo plazo, sabemos que ganaremos si cuidamos este matrimonio retador: COOLTURA + ESTRATEGIA.