Hablar con él es una experiencia inolvidable. No necesariamente por el cargo o la trayectoria. Su fuerza está en la mirada, en su postura tranquila y honesta ante la vida. Sabiduría le dicen algunos. Pueden bastar unos minutos de conversación con Cristóbal Peláez, director del Teatro Matacandelas, para entender un poco más sobre el mundo en el que vivimos: los estratos, las empresas, las religiones, el deseo de aquellos que se han escondido del mundo, por voluntad. En un texto contenido en la página de Internet del Teatro Matacandelas se lee, a propósito de aquel 9 de enero de 1979: “nacimos y nos fuimos enviciando al teatro en una inmensa mansión, la Casa de la Cultura de Envigado, otrora hacienda Andalucía, construida en el siglo XVIII, cuna de Miguel Uribe Restrepo, filósofo y matemático insurrecto contra Simón Bolívar, a quien acusaba de monárquico. Éramos entonces nueve muchachos aficionados un 9 de enero de 1979, que de pronto creíamos que el teatro podría ser un espacio para no caernos de la infancia y, quizás, una pequeña herramienta que avalaría nuestro ideal de un mundo distinto.
Más de 1’575.321 personas han sido público de las obras del Teatro Matacandelas, en estos 45 años de existencia
Recibíamos con alborozo los perfumes que aún giraban en el aire con la explosión del movimiento nadaísta, las baladas adolescentes, las formas innovadoras de la literatura y un teatro que se consolidaba con un cardumen de rebeldes entre los que, por supuesto, tomaban la delantera Santiago García y Enrique Buenaventura. Supimos de una posibilidad para hacer teatro cuya fórmula salvadora era en “grupo”, y que a falta de una sólida tradición podríamos crear en ‘colectivo’. Qué nombre le pondremos. Ojos tapados y donde caiga el índice en el diccionario de sinónimos y antónimos: Matacandelas”.
“Diálogo e inclusión, esto le ha aportado la cultura a Medellín”, dice Cristóbal Peláez, director de Matacandelas.
Obras que hacen parte de la historia personal
No importa a qué edad fue alguien a ver una obra de teatro de “Matacandelas” o qué pasaba en esa época. Probablemente el espectador o espectadora recordará algunas frases o gestos de los actores. Quizás algún elemento de la escenografía. En estos 45 años, muchos se han y nos hemos emocionado con “Angelitos Empantanados” de Andrés Caicedo, Juegos Nocturnos I de Jean Tardieu o con la Chica que quería ser Dios (creación colectiva). Otros se han emocionado con las fiestas en su casa o con una función de títeres, un día de fin de semana.
Para asistir a “Kamikazes en escena”, su décimo encuentro de monólogos, haga clic aquí:
Kamikazes en Escena 2024 | eTicketaBlanca.com
Para más información sobre sus obras y formas de apoyar: en la línea de Whatsapp 3502151100