¿Alguna vez te has sentido como un impostor en tu propia vida? Yo sí, y hoy quiero compartir contigo cómo descubrí que la autenticidad no es solo una palabra de moda, sino la verdadera clave para una vida plena y exitosa.
Hace unos años, me ofrecieron un rol que muchos considerarían el sueño de su vida. Más dinero, más poder, más prestigio. O al menos eso creía; me creí el cuento que yo era mi trabajo, y terminé convirtiéndome en alguien que no era yo.
Pantalones khaki, camisa de algodón, zapato de cuero. Recuerdo estar sentado en mi oficina, mirando por la ventana, pensando: ¿Realmente quiero pasar el resto de mi vida así? En ese momento, tomé la decisión más aterradora y liberadora de mi vida, elegí ser auténtico.
Brené Brown, investigadora y autora, define la autenticidad como “la práctica diaria de soltar quién creemos que deberíamos ser y abrazar quienes somos”. No es algo que logras de la noche a la mañana, es una práctica constante.
Ser auténtico significa:
- Tener el coraje de ser imperfectos. Y aceptarlo.
- Establecer límites claros. Nuestros y ajenos.
- Permitirnos ser vulnerables. Es un arte.
- Cultivar la compasión hacia nosotros mismos y los demás. Un abrazo a la vez.
- Nutrirnos de conexiones genuinas. Hacernos la vida fácil.
- Creer que somos suficientes, tal como somos.
Cuando comencé a ser yo mismo en el trabajo, ocurrieron cosas asombrosas, aparte de perder todo mi pelo y comenzar a utilizar ropa que antes jamás me hubiera puesto:
- La gente comenzó a confiar más en mí. Al final, estaba siendo transparente.
- Mis decisiones mejoraron. Ya no estaba tratando de adivinar qué haría “alguien exitoso”, sino haciendo lo que creía correcto. Y asumiendo la responsabilidad de mis decisiones.
- Mi creatividad se disparó. Sin miedo a ser juzgado, las ideas me fluyen libremente.
- Mis relaciones se volvieron más profundas y significativas.
Pero no fue fácil. Hubo momentos de duda, de miedo, de mucha mucha frustración. Momentos en los que quería volver a ponerme la máscara. Pero, cada vez que elegía la autenticidad, me sentía más fuerte, más yo mismo.
Desde la autoridad que me da el fracaso, te comparto estos pasos para comenzar tu viaje hacia la autenticidad:
- Escribe notas de permiso para ti mismo: para situaciones en las que te sientas tentado a fingir, escribe una nota dándote permiso para ser tú. Guárdala en tu billetera como un recordatorio.
- Crea tu lista de canciones auténticas: crea una playlist con 3 a 5 canciones que te recuerden ser tú mismo. Escúchala antes de situaciones en las que te puedas sentir vulnerable.
- Encuentra un compañero de autenticidad: sé tu mismo con alguien en quien confíes y le permitas ser él mismo también. Y, pídele que te ayude a “mantenerte real” cuando lo necesites.
- Practica decir no… y sí: ten el coraje de decir no cuando realmente no quieres hacer algo. Pero, también, di sí a nuevas experiencias que te llamen, aún si te dan miedo.
- Abraza tu vulnerabilidad: comparte tus miedos y dudas. Te sorprenderá cuánta gente se identifica con ellos, y puedes encontrar puntos de vista que te ayuden con ellos.
- Celebra tu singularidad: tus “imperfecciones” son lo que te hacen único. Aceptalas y úsalas a tu favor.
Te propongo un reto: durante los próximos 7 días, elige una situación diaria en la que normalmente te pondrías una “máscara” y, en su lugar, muéstrate auténtico. Puede ser en una reunión de trabajo, con tu familia, o incluso en redes sociales.
Te invito a que al final de cada día puedas reflexionar sobre estas preguntas:
- ¿Cómo me sentí al mostrarme auténtico?
- ¿Qué descubrí sobre mí mismo?
- ¿Cómo reaccionaron los demás?
Comparte tu experiencia usando el hashtag #VEEPDesafíoDeAutenticidad. Me encantaría saber cómo te va.
Recuerda: la autenticidad es una práctica diaria. Habrá días difíciles, momentos en los que lucharemos con la vergüenza y el miedo de no ser suficientes. Pero son precisamente esos momentos los que nos invitan a mostrarnos como somos realmente.
En un mundo que constantemente nos presiona a encajar, a seguir un formato, tu autenticidad es tu superpoder. No desperdicies energía tratando de ser alguien más. Sé tú mismo; todos los demás puestos ya están ocupados.
¿Estás dispuesto a aceptarte de verdad?