Jorge Isaza

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Jorge Isaza 

 
     
 

Jorge Isaza, ciudadano atento por los temas de ciudad, heredó de su papá el liderazgo para atender los problemas de la comunidad, un ejemplo, la conciliación con los habitantes de San Lucas para que entendieran que el beneficio del acueducto era para todos. Hace más de 65 años vive en El Poblado.

 
     
 
 
 

“Hace unos 15 años a un constructor se le abrieron los ojos y empezó a realizar obras, yo vendí, mi hermana no,” dice Jorge Isaza en su apartamento en el último piso de un edificio desde el que se observa la casa de su hermana.

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¿Qué recuerdos tiene de El Poblado?
Los fundadores de esta zona (San Lucas) en ese entonces Los Mangos, fueron campesinos que poco a poco llegaron al sector desde diferentes partes de la región, época en que el lugar estaba sembrado de caña brava y caña dulce, y de una importante variedad de árboles. Los habitantes en un principio se dedicaron a sacar leña y cultivar caña, así lo hacía uno de los primeros en instalarse alrededor de 1927, el señor Manuelito Londoño, quien también dio apertura a la primera tienda, en 1930.
Familias como los Cano, los Restrepo, los Suárez, los Arango, los Ángel, los Sánchez y los Villa entre otras, iban poblando la zona mientras sus miembros comenzaban a trabajar en fabricas como Rosellón, Coltejer y Cervunión, a donde debían desplazarse a pie por un camino de herradura donde hoy está la loma de Los Yarumos, pues no había carretera o algún medio de transporte público, algunos tenían mula, las personas que bajaban a estas fábricas, comenzaban su día entre 3 y 4 de la mañana.

¿Dónde construyeron  las primeras casas?
Donde hoy está la calle 20Sur; después la zona comenzó a ser adquirida por las familias más pudientes de Medellín, quienes en diferentes extensiones de tierra fueron construyendo fincas, época en la que el Club Campestre ya funcionaba, y por su zona fue donde yo aprendí a caminar.

¿Cuándo llegó la familia Isaza?
Mi papá, Guillermo Isaza, se radicó en 1935, recuerdo que comentaba en reuniones familiares o conversando con amigos, que había comprado a 5 centavos vara de tierra.

¿Qué otros recuerdos tiene de esa época?
Uno de los problemas grandes del barrio era la falta de agua, por eso los habitantes del barrio se reunieron para buscar una solución, y así fue que se hizo el acueducto comunal hace 35 años, gracias al agua de la quebrada La Aguacatala. Empresas Públicas se negó a ayudar y el Municipio regaló unos pedazos de manguera que cuando se abrió la llave reventaron; por hacernos un bien nos hicieron un mal, hubo que rehacer todo de nuevo después de una ardua labor donde los más pudientes pusieron los materiales, y todas las personas, desde el más chiquito hasta el más grande, elaboraron las brechas, mientras las señoras colaboraban haciendo empanadas. Las propuestas del acueducto fueron lideradas por mi papá en compañía de otros habitantes del barrio pertenecientes a familias como los Botero y los Velásquez.
Después del acueducto, se hizo el alcantarillado, y se repitió la historia, ni Empresas Públicas de Medellín ni el Municipio ayudaron, pero cuando se terminaron las obras, Empresas Públicas vino, lo revisó y dijo: “Esto quedó muy bien, venga para acá empezamos a facturar”.

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¿Qué significa San Lucas para Jorge Isaza?
San Lucas es uno de los barrios más bonitos de Medellín, para la muestra existe una zona  en la que en medio de árboles se erigieron unas casas grandes y atractivas, mandadas a construir por un grupo de industriales franceses que tenían una fábrica de textiles. San Lucas reúne gente de todos los estratos, conserva familias que han estado viviendo desde su fundación, se vive en completa armonía, aún incluyendo la bulla de las construcciones, que gracias a los curadores que ni siquiera saben dónde queda esto, se incrementan con el pasar de los años.
La historia de este barrio puede resumirse en el sitio donde hoy se encuentra el Colegio Montessori, ya que en sus predios quedaba la finca de la familia Mesa, y al frente se observa una de las fincas que aún se conservan, la de la familia Santander, cuenta Jorge Isaza, y agrega, “en San Lucas hay familias de todos los estratos, y las casas que en un principio se levantaron de estrato 1, 2 y 3, sumando alrededor del 80 % de la población, hoy existen todavía, lo que convierte al barrio en un lugar donde viven supermillonarios con personas que viven de una pensión o de escasos recursos.”  

 
 
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