El rol del pasajero Si bien no cabe duda que estos nuevos paraderos significan un paso adelante en la construcción de una ciudad más civilizada y ordenada, hay que preguntarse si los ciudadanos conocen lo suficiente sobre el funcionamiento y el comportamiento que se debe tener en estos puntos de espera. Es evidente, que si no se quiere correr el riesgo de ver estos lugares afectados por el vandalismo o el mal uso de sus propios usuarios, se debe realizar paralelamente a la instalación de estos paraderos, una campaña cultural e informativa, como se hizo años atrás con el metro, que lleve a la ciudadanía a sentir estos sitios como propios. La vigilancia de estos paraderos parece ser otro problema en potencia, ya que, de acuerdo con la Secretaría de Tránsito, la cantidad de guardas disponibles no es suficiente para cubrir efectivamente todos estos lugares. Así mismo, las medidas de control no solo deben ser aplicadas en el cuidado de la estructura física de estos puntos de espera, también se debe realizar un seguimiento exhaustivo al uso de avisos publicitarios en estos sitios, con el fin de evitar que estos se conviertan en focos de crecimiento de contaminación visual en la ciudad. Igualmente, otra medida necesaria para mejorar las condiciones de este amoblamiento urbano, es la adecuación tanto de los paraderos como de los transportes públicos para las personas discapacitadas, población que no se le ha dado la importancia y atención que se merece al momento de diseñar proyectos de esta índole. El negocio De otro lado, la financiación del proyecto aparentemente beneficia al Municipio, porque aparte de obtener regalías por la explotación publicitaria de los paneles, no tendrá que aportar capital para la realización de éste. De la instalación, elaboración y mantenimiento, por lo menos por 12 años, se encargará la empresa Cas Mobiliario. Según la Alcaldía, las regalías le reportarán aproximadamente 700 millones de pesos anuales, cifra que a primera vista no parece significativa, pero que adquiere relevancia al considerar los costos ahorrados por la concesión del proyecto. Autobuses El Poblado Por otra parte, las empresas de transporte públicos han recibido positivamente la instalación de los nuevos paraderos, aunque estos les producen ciertos cambios en su funcionamiento interno. Por ejemplo, Jaime Sánchez, de Autobuses El Poblado S.A, manifiesta que su empresa está satisfecha con este amoblamiento urbano, pese a que la puesta en marcha del proyecto implica desarrollar una campaña de sensibilización y capacitación para sus conductores. Si se corrigen sus deficiencias y se realiza con la transparencia exigida, este mobiliario urbano promete convertirse en otro elemento positivo para el crecimiento cultural y social de nuestra ciudad. |