Un mes es como un capítulo de un libro: hay historias, detalles, acción. Y en este capítulo que
reúne a septiembre e incluye los primeros días de octubre, ya hay varias noticias que nos han
hecho sentir tristeza y llevado a pensar en lo que pasa.
Y aunque el enfoque de periodismo de soluciones (ese que lleva a pensar en la posibilidad) orienta a esta casa editorial, miramos todo lo que pasa, incluido lo oscuro. Sobre esto último, nos referimos puntualmente a las muertes sucedidas por la violencia o exceso de fuerza.
Aquí cabe mencionar el caso del ciclista Marlon Pérez y, también, las personas que perdieron
sus vidas en accidentes de tránsito. En lo que ha corrido de este año, 719 murieron en colisiones,
según la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Los números de estos meses ya superaron los del
2023, y en ambos años, hasta ahora, los motociclistas siguen siendo número uno en la lista de
víctimas.
Igual de importantes nos parecen el caso del hombre que disparó contra policías en un retén
de Guarne y las amenazas de muerte recibidas por Eduin Aniceto Giraldo, alcalde de San Rafael,
en las últimas semanas.
Mientras Oriente crece en vías, en edificios, en población y en oportunidades, nos preguntamos: ¿qué estamos haciendo para que en sus vías y en sus calles haya más ternura y delicadeza?
¿Cómo entender que además del progreso en lo material necesitamos avances en el cuidado de
los demás y en el trato hacia los otros?.
De la ternura escribió Pedro Adrián Zuluaga en un libro que nos ayuda a entender lo que somos
como cultura: Qué es ser antioqueño. “Digo ternura y pienso en algo vedado. De esa soledad encarnizada trata una película ‘La mujer del animal’, de Víctor Gaviria, de las palabras que nunca comunican lo que quieren decir y los reclamos de amor nunca pronunciados que entonces
emergen como violencia, a veces, hacia los otros, siempre hacia nosotros mismos”.
Sobre el frenetismo que a veces termina en tragedia escribe, en esta edición, Perla Toro, habitante de El Carmen de Viboral. De este tema también nos habló Laura Ramírez, agente de tránsito y supervisora, en Rionegro. A sus voces, se suman las de algunos entrevistados que hacen parte de esta edición.
Ahora, que el 2024 se alista para tomar un ritmo descendente y se acercan las celebraciones
de su final, se vuelve más importante el trabajo de líderes y autoridades para lograr reducir la
velocidad y la violencia e invitar a la gente a cuidarse más, a actuar con delicadeza.
A medida que Oriente se transforma, también es necesario preguntarse si hay cambios culturales para tener en cuenta en este momento: ¿Qué tal si esa fortaleza o berraquera de la que muchos se sienten tan orgullosos y está relacionada con el valor, la entendemos también como la capacidad de
tratarnos con más suavidad a nosotros mismos y a los otros?