“Esta protesta va dirigida a todos los ciudadanos de bien, que quieren tener una mejor ciudad y que se preocupan por el bienestar personal y de los demás.
Se lo envío a ustedes señores periodistas, profesionales, personas de la política local, dirigentes, personas del común, para que lo difundan y por lo menos aportemos un grano de arena, por más pequeño que sea, para que todos los abusos de los ladrones no queden en la impunidad.
El pasado viernes 21 de junio, mi esposa y yo estábamos con nuestra perra, sus amigos perrunos y sus respectivos dueños en el parque lineal de Ciudad del Río, detrás del Mamm. Esa noche hubo eventos de diseñadores y gran afluencia de público.
Nosotros frecuentamos el parque varias veces a la semana y hemos visto los cambios que ha sufrido la zona. Pero este viernes fue diferente, nos robaron, abrieron mi carro, dañaron la alarma (asumo, porque no sonó) y nos vaciaron las pertenencias. Nos robaron nuestros computadores personales, mi tableta, el iPad de mi esposa, dos maletas, calculadora, gafas, todo lo que un maletín de trabajo puede tener para hacer las labores del día a día, además de dinero en efectivo y unas cuantas cosas más.
Lo preocupante no es lo que se robaron, aunque causa rabia, impotencia y dolor, sí, porque en los computadores de trabajo hay demasiado tiempo invertido y muchas horas de esfuerzo, para que alguien indelicado, por no decirlo más fuerte, llegue y se lo lleve para cambiarlo por un ‘mariguano’ o venderlo por cualquier peso.
Lo preocupante es que es un área residencial y hay una parte de comercio. Se supone que es una zona ‘bien’ de la ciudad, pero que al mismo tiempo no tiene presencia policial, no hay vigilancia por parte del Estado y una vez más quedamos como unos pobres ciudadanos a la deriva y sin tener quien nos proteja.
Pero claro, no he mencionado que hace menos de un mes, la Alcaldía de Medellín instaló varias señales de tránsito de ‘prohibido parquear’. Cada señal puede tener un valor aproximado de 3 millones de pesos y a partir de ese momento hay un alto flujo de agentes de tránsito patrullando la zona. Bueno, realmente patrullando no, multando en la zona. Sí, las reglas son para respetarlas y como tal se debe infundir el respeto y la corrección al mal uso o violación de ellas, pero ¿dónde está la seguridad de los ciudadanos? ¿Por qué hay tanto agente de tránsito y no de policía? Porque si es una zona que se está volviendo tan concurrida (por ciudadanos de todas las edades y estratos), ¿por qué no hay protección de la Alcaldía?
Lo más triste es que cuando mi esposa y yo hicimos el debido denuncio ante la Policía en la Estación Poblado y le pregunté a la patrullera que me atendió que si era cierto que estaban poniendo muchos denuncios de robos en esa zona, me respondió: ‘Sí señor, lamentablemente, ¡pero usted es el primero de hoy!’
¿A que están jugando, tanto la Policía como el gobierno local? Hacen megainversiones para poner cámaras en las vías, sumados a los operativos de alcoholemia que están regados por toda la ciudad, con los que aclaro, estoy muy de acuerdo, pero, se pregunta uno, ¿dónde está la inversión por y para el ciudadano? ¿Dónde quedó esa confianza que estábamos recuperando en la Policía y en las entidades del gobierno?
Ahora, no sé qué tanta influencia tenga el gobierno nacional en la decisión de localización de policías y seguridad para los ciudadanos, pero en Medellín la inseguridad ha aumentado notablemente.
Es muy triste saber que cuando vuelva a pasear a mi perra y vaya en mi carro, tenga que estar más pendiente de cuanto bandido hay cerca de mi carro y de que no me robe, que de mi propia perra. Es clara la falta de pie de fuerza. Un vigilante del Mamm que ronda el parque, no tiene arma, se moviliza en bicicleta y tiene un simple radio, me respondió cuando le pregunté acerca de esto: ‘Es que hermano, la policía no nos ayuda. Nosotros ya los tenemos identificados, pero si la policía no viene, uno qué puede hacer. Si nosotros estamos pasando la ronda y ellos lo ven a uno, se abren, pero uno solo en bicicleta y sin con qué defenderse, no se puede hacer nada. Además, señor -continuó el vigilante-, éramos dos celadores, pero están recortando presupuesto y ya solo es uno por turno’.
Me pregunto entonces, ¿acaso los residentes de Ciudad del Río dejaron de pagar impuestos? ¿Acaso el hotel nuevo ubicado en esa cuadra no paga impuestos? ¿Acaso las obras nuevas que se están construyendo en la cuadra son regalos del Estado y no pagan impuestos? ¿Acaso la Alcaldía de Medellín no puede destinar fondos para la seguridad de los ciudadanos, pero sí para la gasolina de los agentes de tránsito que van a multar a los que violan la ley? O ¿es acaso que la alcaldía y la policía quieren que nos tomemos la ley por nuestras propias manos?
La impotencia es total. Los bandidos son menos que las personas honestas, no me cabe ninguna duda, pero entonces ¿qué función cumplen las autoridades? O ¿es que ya los ciudadanos no somos su razón de existir?
Para terminar con esta protesta, quisiera decir que el descontento no es solo personal, es de todos los habitantes del área y de los visitantes del parque que nos hemos encariñado con uno de los pocos sitios verdes que están quedando en la ciudad y en donde podemos compartir con amigos, mascotas y en familia en un ambiente de tranquilidad, o mejor dicho, podíamos, porque ya ni tranquilidad podemos tener.
Esperemos cambios y soluciones urgentes y rápidas para que lo que está bien, no se dañe”.