Iluminando el hogar

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Iluminando el hogar
Después de la luz natural (siempre la mejor elección) la luz artificial, idealmente amarilla, es una herramienta indispensable para decorar la casa.  
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Fot cortesía Pezeta
 
En una situación perfecta, tendríamos un lienzo en blanco para instalar la iluminación del hogar, pero para quienes no construyen su propia casa, la iluminación depende en gran medida de los espacios bendecidos por la luz natural, y los enchufes y portalámparas elegidos por el arquitecto, propietario, dueño previo, reformador, etc. Sin embargo se pueden tener en cuenta algunos detalles a la hora de comprar lámparas y bombillos, para potencializar el diseño existente.
Pensar en el uso antes de comprar o romper muros
Es ideal hacer un recorrido por el hogar que se habitará teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
– Quién utilizara el espacio.
– Con qué fin o qué uso le dará.
– Qué objetos habrá en este lugar que quiera destacar.
– En qué horas del día usará este espacio.
– Cómo estará ubicada la gente o en qué dirección debe estar iluminada (mirando la televisión, en la silla leyendo o en el escritorio estudiando).
La luz que mejora el diseño
María Paula Zuluaga, dueña y gerente de Pezeta, recomienda pensar el espacio y las luces desde abajo hacia arriba para hacerlo más amplio. Una forma de hacer esto es usar lámparas de pared o pequeños reflectores que puedan direccionarse hacia el techo, y asegurarse de que las cuatro esquinas de la habitación estén iluminados. Mientras más luz haya, más sensación de amplitud tendrán los ojos. Para crear una sensación de techos más altos, el haz de luz debe ser completamente vertical y evitar las lámparas colgantes,  pues estas se tragan el espacio del techo al punto donde terminan.
Para lograr un ambiente más acogedor, es ideal usar varias lámparas de mesa, creando un efecto de pequeñas lagunas de luz cálida. La luz amarilla es ideal y mientras más tenue más acogedores se verán los muebles y los espacios. Esto, aunque logrará un ambiente cómodo y agradable, encogerá y oscurecerá el lugar.
Un baño sereno pero práctico
No hay necesidad de emplear luz blanca para ver bien aquellas tareas que requieren cuidado como la afeitada masculina o el maquillaje femenino. Además, al levantarse en medio de la noche, una luz incandescente puede ser muy irritante. La luz amarilla ilumina perfectamente cuando es usada en una lámpara que cae del techo sobre el punto que necesita más luz, pero es bueno asegurar dos ojos de buey por metro cuadrado. Cualquier luz principal o complementaria debe  estar cerca al espejo para que la cabeza, o cualquier movimiento del cuerpo, no haga sombra bloqueando la luz. Una alternativa moderna que recomienda María Paula, es poner portalámparas (sockets) en la pared rodeando el espejo, para tener un tocador de camerino.
Para los corredores y/o espacios que dan la bienvenida al hogar
La luz que se enciende al llegar a la casa debe ser protagónica y robarse el show. No solo para la visita sino para que uno mismo sienta que ha llegado a su hogar, un espacio especial y hermoso. Para lograr esto, se puede elegir una lámpara con mucho diseño que se vea en la sala desde la entrada de la casa, un nicho iluminado en el corredor principal, luces focalizadas en cuadros o en puntos laterales, o lámparas cartageneras (de pared), evitando siempre la luz central.
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Fot cortesía Pezeta
Una alcoba principal que incite al descanso y la relajación
Evitar a toda costa la luz blanca que remite a espacios laborales, la idea es descansar y dejar el trabajo fuera de la habitación. María Paula sugiere un equilibrio distinto para salirse de la norma: una lámpara de techo y una lámpara de mesa de noche. Idealmente usar luces y lámparas que puedan apagarse desde la cama para no tener que levantarse después.
La cocina
Este espacio es quizás el único que requiere luz blanca ya que en él se trabajará  constantemente y hay que tener cuidado con ciertas actividades. Especialmente para cocina cerradas, la luz blanca, bien dirigida a los sitios de trabajo como el mesón o la poceta de platos, es la iluminación más práctica. De todos modos se pueden agregar detalles de luz más cálida a las paredes, o sobre la mesa donde se come, para complementar la iluminación central.
Un toque final
La lámpara de pie suele ser un toque de lujo o netamente decorativo. No ha sido usada con fines muy prácticos, aunque una silla cómoda, junto a una buena lámpara de pie, es el espacio perfecto para leer. En la sala o alcoba cumplen una función estrictamente de diseño, y si se escoge bien, asegura María Paula, puede remplazar un cuadro o un objeto especial de decoración.
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