Durante un año, el padre Francisco Eduardo Toro se ha dado a la tarea de restaurar las paredes de la Iglesia de San José en el Parque de El Poblado. Empezó por el techo. Busca recursos para las paredes.
Un total de 75 volquetadas de barro fueron sacadas del techo de la Iglesia de San José en un proceso de restauración que empezó a principios de 2019. La idea, explica el padre Eduardo Toro, es poder recuperar la pintura y los decorados originales de la iglesia que datan, aproximadamente, de la década de 1940.
El templo fue construido alrededor del año 1900 y fue diseñado por el arquitecto Horacio Mario Rodríguez Márquez.
Sin embargo, sería el belga Agustín Goovaerst quien diseñó el embovedado, los capiteles, el altar central, el comulgatorio, el púlpito, las bancas y también los decorados que hoy se quieren restaurar.
Según el padre Toro fue el maestro Humberto Chávez el encargado de materializar los diseños de Goovaerst. Con el pasar de los años, algunos párrocos decidieron pintar los decorados, “tal vez porque hacían ver muy oscura la construcción”, dice Toro, quien explica que solo quedaron algunos detalles en las columnas y el zócalo.
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Según recuerda el padre Toro, en el año 2018 se hicieron algunas calas, es decir se hicieron una especie de ventanas, para ver qué había debajo de las capas de pintura y ahí se encontraron la pintura original y todo el soporte pictórico. “Pero para poder recuperarla había que hacer una serie de trabajos adicionales. Antes teníamos que arreglar el techo y hacer reparaciones de los ductos del cableado de la energía y el sonido”, explica el padre Toro. Esto se hizo con la idea de que luego no hubiera que dañar nuevamente la pintura.
Así, se le dio un respiro al techo eliminando el barro que sostenía las tejas y que hacía que las mismas no se rodaran. Esto se remplazó por una malla electrosoldada que protege la esterilla original de caña brava. También se dejó un pequeño corredor de 30 centímetros para que hacer arreglos sea mucho más sencillo.
El proceso ha sido dirigido por el padre Toro, experto en arquitectura, además especialista en arquitectura paleocristiana, arte sagrado y bellas artes. Ha contado con la asesoría de Álvaro Sierra, ex director de la Fundación Ferrocarril de Antioquia.
En estos momentos el proceso de restauración tuvo que pausarse debido a la pandemia de COVID-19 y a la falta de recursos. Toro espera pronto obtener fondos que le permitan devolver el aspecto original al interior de la Iglesia de San José.