En entrevista con Vivir en El Poblado, Humberto Iglesias le da contexto al caos que vivimos en las vías, además elogia el compromiso privado con la movilidad sostenible y señala excepciones. Las Palmas, los choques, las patinetas, el pico y placa… otros de los temas bajo su análisis.
Que hay muchos vehículos particulares. Que no todos nos volcamos al uso de medios sostenibles. Que la ciudad presenta atraso vial. Y hay impericia al volante… pues Iglesias, secretario de Movilidad, añade otra razón para los tacos, en apariencia invencibles, que sufre Medellín. Entrevista sobre temas clave para la calidad de vida y la economía de la ciudad.
¿Cómo explicar que el estudio por 491 millones de pesos y conocido en abril, sobre cómo está funcionando el pico y placa y cómo debe modificarse, no puede ser aplicado ya y quedará a la suerte de la próxima Alcaldía?
“Lo que me esperaba era que no lo pudiéramos utilizar. En Medellín ahora tenemos 1.403 frentes de obra pública, de todo tipo, sin contar el sector privado. La principal arteria, Parques del Río, está en obra. Así, no podemos tener aforos correctos. Debemos entregar unas 900 obras antes de finalizar el año, que cambiarán la dinámica en la movilidad”.
¿Cómo asegurar que la inversión en el estudio y sus hallazgos no se perderá?
“Este deja insumos muy claros para tomar decisiones en materia de movilidad. Sobre orígenes y destinos, horarios, pico y placa, transporte público. Le corresponde a la próxima administración”.
¿Esas decisiones incluyen un pico y placa más riguroso?
“Bajo ese escenario, ciudadanos con alto poder adquisitivo, comprarían un segundo vehículo. Hay que tomar medidas de mayor fondo, como los cobros por congestión o las zonas de aire protegido, y el estudio indicará qué es lo más adecuado”.
¿Qué compromiso encuentra en el sector privado con la movilidad de la ciudad?
“Hay aportes valiosos como los de Eafit, que está construyendo más parqueaderos, pero para bicicletas, o de Sura y de Argos, que tienen una dinámica de sostenibilidad muy fuerte. Como Mattelsa: le cobra una tarifa alta de parqueadero al empleado que va en vehículo particular y le da bonos en dinero al que usa un medio distinto. O Bancolombia y la jornada libre a quienes vayan en cicla, y Celsia, que está ayudando a construir un nuevo modelo de ciudad”.
¿Hay algún sector que esté marchando en contravía de las necesidades de movilidad sostenible en la ciudad?
“El transporte de carga me genera problemas. Cuando le explico que las medidas surgen es por la calidad del aire, sus respuestas dan a entender que les mueve solo el bolsillo. En el sector de buses y de taxistas también hay resistencia”.
Pero también hay resistencia del sector privado para generar nuevas modalidades de trabajo en beneficio de la movilidad.
“Hay experiencias de horarios escalonados o flexibles, teletrabajo, movilidad compartida, pero es una minoría. Al empresariado le preocupa la productividad y prima el interés económico. Espero que hacia noviembre quede reglamentado un Acuerdo Municipal más obligante con la movilidad de las empresas”.
¿Cuando fija medidas restrictivas para la movilidad, siente presión, por ejemplo, de gremios como Fenalco?
“Cada cual defiende sus intereses, pero los gremios nos rodean. Por supuesto, manifiestan sus preocupaciones, pero siento más incomodidad sobre todo del sector de carga, que sí ejerce una presión fuerte por su afectación económica”.
En medios alternativos, ¿cómo le está yendo con las patinetas eléctricas?
“En 2017 las vi en París y me parecieron un descreste. En el centro de la ciudad ya la gente no iba en vehículo sino en patineta, desde niños hasta adultos mayores. Investigué más y encontré que han pasado de ser una gran oportunidad, a un problema, por la invasión del espacio público y por la accidentalidad”.
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¿Cómo organizará las de Medellín?
“Me sueño que funcionen como EnCicla, del que nos tenemos que sentir orgullosos. Es público y gratuito, los usuarios, en el 98% de los casos, dejan las bicicletas en perfecto estado y no hay robos. Me sueño patinetas y bicicletas eléctricas conectadas a las estaciones del metro y mediante la Tarjeta Cívica, además con un manual de uso construido con los siete operadores que están en la ciudad”.
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Habla de accidentalidad y es inevitable pensar en Las Palmas. ¿Qué ocurre en esa vía crítica?
“Y tiene un agravante: un choque colapsa la vía hasta tres horas. Es una carretera propensa a los incidentes, porque se construyó con falencias técnicas y porque teniendo condiciones para conducir a 60 kilómetros por hora, se permite ir a 80. Hemos indicado a la concesión dónde se puede mejorar la seguridad vial y hemos trabajado en campañas para los usuarios”.
¿Cómo frenar la accidentalidad de las motos?
“El 50% de las muertes por siniestros viales en Medellín son de motociclistas; el 15% son parrilleros y el 10% son peatones atropellados por motociclistas. No es que siempre sea el culpable, pero sí es muy delicado y se basa en impericia asociada a la velocidad”.
¿Dan abasto los guardas de tránsito en Medellín?
“Tenemos 720 agentes. Por vacaciones e incapacidades nos quedan 180 por turno en un territorio muy amplio, un parque automotor de un millón 500 mil vehículos y un promedio diario de 150 choques, que cada uno se gasta 47 minutos en la atención. Valoro mucho su gestión, bajo el sol y la lluvia; es una labor muy compleja”.
Hay estrés en los guardas. ¿Y hay corrupción?
“Una investigación de la Fiscalía detectó una red de corrupción en el Tránsito de Bello, de la que hacía parte un funcionario de Medellín. De resto, no tenemos casos documentados. Si ocurren hechos, no los tenemos evidenciados. Lo que sí encuentro es un promedio de antigüedad de 20 años y altos niveles de estrés. En general es un buen cuerpo de agentes”.
Los piques de motos en Las Palmas
Consultado por Vivir en El Poblado, el secretario Iglesias señaló que mientras a los piques llegan unas 150 motos, los operativos logran detener máximo 20. Las demás se vuelan. ¿Por qué no se logra poner control? “Es peligroso. Por cada agente de Movilidad, necesitamos tres policías para poder presentarnos como autoridad. Y si subimos un jueves, saben que el viernes podrán volver porque no tendremos la misma capacidad operativa”.
¿Existe el comparendo por defecto de velocidad?
De acuerdo con Iglesias, no hay velocidades mínimas establecidas: “Sin un conductor así lo decide, puede ir por Las Palmas a 10 kilómetros por hora. Lo máximo que puede hacer una autoridad es sugerirle que cambie de carril. Hemos tratado de implementar la velocidad mínima en algunas zonas, pero representa dificultades de aplicación. No tenemos vías de seis carriles”.
Por: Juan Felipe Quintero / [email protected]