“Estamos poniendo la casa en orden”, dijo el alcalde Federico Gutiérrez el pasado 1° de febrero, al presentar al Concejo de Medellín el balance de su primer mes de gobierno. Les ha tocado barrer y trapiar para sacar los escombros que estaban escondidos bajo la alfombra; volear sacudidor, a ver si brilla otra vez la tacita de plata, y salir al patio a zarandear los árboles para coger los mangos bajitos.
Lea también: La dignidad del cargo
Una tarea ardua. En la barrida, la trapiada y la sacudida, según contó el alcalde, ya entregaron a la Fiscalía seis casos iniciales para ser investigados: contratos dudosos de la administración anterior en Metroparques para el mantenimiento de zonas verdes y del Parque de las Aguas, un posible detrimento patrimonial en la Secretaría de Educación, y funcionarios de libre nombramiento “atornillados” en Ruta N.
Bastante trabajo ha requerido la brillada de la tacita de plata: 60 operativos de aseo integral, la intervención de cerca de 325 metros cuadrados para la recuperación del espacio público y la recolección de 2.763 metros cúbicos de escombros, colchones y maderas.
Y en la identificación de los mangos bajitos, esas tareas inmediatas que pueden y deben hacer los nuevos funcionarios con los recursos disponibles, el alcalde se ha concentrado en resolver las mayores emergencias: la expedición de dos decretos de impacto social y de seguridad para la ciudad, la activación de los planes de choque para enfrentar la crisis financiera del Hospital General de Medellín y Metrosalud, y la atención a la deserción escolar, con la búsqueda, casa por casa, de los niños y niñas que no están matriculados en las instituciones educativas.
Y mientras pone la casa en orden, empieza a recibir visitas. En su informe al Concejo, el alcalde contó que ya reactivó “la relación de confianza” con los principales gremios e instituciones de la ciudad, como la Cámara de Comercio de Medellín, Proantioquia y el empresariado en general, y retomó la presencia de la alcaldía en el Comité Universidad-Empresa-Estado (CUEE).
Lea más Editoriales de Vivir en El Poblado >>
¿Qué sigue? ¿Qué espera la ciudadanía? Que empiecen a gobernar. Que inicie la planeación de los programas y proyectos, y la inversión responsable de los recursos, que son nuestros. Lo dijo Proantioquia en un juicioso documento entregado recientemente al alcalde Federico Gutiérrez:
“Entendemos lo público como lo que nos pertenece a todos, aquello que nos moviliza como ciudadanos”.
Se trata de una serie de recomendaciones para la construcción del plan de desarrollo 2024-2027:
“Con el ánimo de contribuir en la articulación de esfuerzos y avanzar en acciones concretas que generen bienestar a los habitantes de la ciudad y del Valle de Aburrá, Proantioquia hace entrega al alcalde de recomendaciones enfocadas en abordar los principales retos de nuestra región, construidas con rigor técnico y conectadas con las líneas estratégicas de su programa de gobierno”.
Invitamos a los medellinenses a acompañar este loable propósito. En pocos días, el alcalde de Medellín presentará la agenda de reuniones para la construcción conjunta del plan de desarrollo, y nos corresponde acudir a este llamado, en un momento crucial para nuestra ciudad. Copiamos y pegamos el mensaje de Proantioquia: Desde Vivir en El Poblado, le decimos: ¡Estamos listos para trabajar en equipo por nuestra ciudad!