¿Se ha preguntado cómo sería una organización completamente vertical? ¿Sin gerentes? ¿Sin mandos medios? Brian Robertson creó la Holocracia, un nuevo sistema organizativo pensado en un mundo que está en constante cambio. Se trata de crear un gobierno corporativo en el que todos los empleados son líderes de todos sus procesos y, por ello, se empoderan en sus funciones.
Invitado por Comfama, Robertson estuvo en Medellín hablando sobre este sistema que él prefiere llamar “marco de referencia”. Se trata entonces de crear organizaciones en las que todas las personas se involucren activamente, “que tomen decisiones y que puedan cocrear”.
Él, que fue CEO, recuerda que muchos de sus colaboradores se paralizaban a la hora de tomar una decisión y no lo hacían sin antes consultarle. “Muchas de ellas eran cosas que yo no podía resolver porque no estaban dentro de mi día a día o porque no tenía el conocimiento técnico suficiente”, explica. Por eso, entendió que muchos de esos procesos serían más ágiles si dejaba que fueran las personas las que actuaran, sin necesidad de consultarle todo. “Cada uno tiene que tener muy claro cuáles son sus funciones”. Entonces, podría decirse que en una empresa con este modelo, todos los empleados son líderes de sí mismos.
Robertson recuerda, por ejemplo, cómo en una organización que asesoró se dieron cuenta de que en las reuniones se gastaban el 90 % del tiempo en diálogos sin sentido y solo el 10 % en llegar a acuerdos. “Al verlo, crearon una nueva metodología para los encuentros y aumentaron en productividad. Incluso, llegaron a saber cuándo un tema podía ser remplazado por un correo electrónico”, explica.
Los cambios
En la Holoracia es necesario, también, que las personas conozcan muy bien sus límites. Así, a pesar de que se pueden liderar hasta 20 procesos diferentes, no hay una sobrecarga laboral ni se participa en procesos que no corresponden.
“Hacer el cambio es difícil, no es de un día para otro. Es un proceso que puede tomar de 10 a 15 años”. Sin embargo, lo primero es empezar por un solo equipo, “uno que esté dispuesto a innovar”. Y Robertson recomienda buscar la ayuda de un experto, consultar bibliografía y estar siempre abierto al cambio.
Las ventajas del cambio son evidentes: “se gana en velocidad y agilidad; se genera empoderamiento y mejora el clima laboral; y se gana en autonomía, lo que hace que las personas disfruten más su trabajo”.
Con la Holocracia se potencia el desempeño y, sobre todo, se escucha la voz de toda la organización: “empleados que en una organización vertical no tienen posibilidad de ser escuchados pueden proponer las soluciones más innovadoras”, concluye.