Me parece importante escribir sobre este tema, porque a veces los papás tienen poco conocimiento sobre los medicamentos, se asustan cuando el especialista los formula y tienen creencias erróneas.
En muchas ocasiones, los maestros informan a la familia sobre lo que está sucediendo con el niño y son los que recomiendan la visita a un especialista. Puede pasar que los papás buscan primero al pediatra, para buscar orientación.
Una vez se empieza la evaluación solicitada, el especialista puede pedir opinión o un reporte de otros adultos que están con el niño. Esto le permite revisar con precisión otros aspectos del desarrollo, para diagnosticar y dar las recomendaciones necesarias, entre ellas el manejo de la medicación.
La prescripción médica puede causar desconcierto y confusión; por eso los papás deben hacer todas las preguntas para informarse y aclarar dudas. También es importante que si los papás no están satisfechos con el diagnóstico o la medicación, busquen otro experto en el tema, hacer una segunda evaluación y buscar más información.
Una vez los niños empiecen con los medicamentos, los adultos deben estar pendientes de los efectos secundarios que estos pueden provocar e informar al especialista para hacer las modificaciones necesarias.
La medicación no empieza a obrar inmediatamente, se toma un tiempo y que sola no hace gran efecto. Debe haber un acompañamiento al niño en todas sus actividades, realizar adecuaciones curriculares necesarias y tener comunicación permanente y fluida con maestros y especialistas.
Esto va a garantizar un desarrollo y aprendizaje adecuados del niño y posteriormente del adulto.
Por Ángela Ma. González Duque – [email protected]