Un sabor a leche real, a crema suave y a frutas de Oriente, se siente al comer uno de estos helados. Puede ser de mora, maracuyá o limón: en cualquier caso, alegrará a quien lo pruebe y dejará la sensación a una receta natural, con pocos elementos.
Hace un par de semanas, la Cámara de Comercio Oriente realizó un concurso en el que este “agroemprendimiento familiar” resultó ganador.
Al hablar con Juan Hurtado, el gerente de esta marca, es posible entender qué hay detrás de este sabor victorioso.
Cuenta que la receta inicial fue suministrada por Carolina Camacho Castillo. “La elaboración del gelato empieza con la preparación de la base en la que se mezcla la leche pasteurizada con la crema de leche, el azúcar y otros ingredientes, para darle una textura rica y cremosa. El toque ácido y refrescante lo dan los cítricos”, dice.
La historia de este dulce ganador comenzó en el 2008 con la fundación de Ganadería Toscana, en el municipio de Marinilla. Posteriormente se movieron a La Ceja, a un terreno de 70.400 m2 , en el que hay bosque nativo, y en el que estos animales viven con tranquilidad y respeto.
“Desde el 25 de febrero del 2015 contamos con el Certificado de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), que es expedido por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)”. Esto certifica un buen tratamiento a los animales y un manejo adecuado de residuos. “La calidad sanitaria del hato es una de nuestras prioridades”, concluye.