“Hay fallas en el diagnóstico sobre inseguridad”: Jorge Mejía

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  Su liderazgo lo empezó a mostrar en una junta de acción comunal en Robledo, luego fue edil de la Junta Administradora Local, pero fue en el Concejo de Medellín donde se consolidó y empezó a desarrollar sus ideas y propuestas. “Arranqué en la política con amigos como Omar Hoyos y Fabio Humberto Rivera en nuestros barrios. En lugar de estar tocando puertas de políticos, nos metimos al campo de acción y a trabajar por nuestras comunidades, luego en el Concejo, impulsamos proyectos deportivos y de educación para mejorar la infraestructura de colegios y escuelas”, afirma.
Jorge Mejía Martínez es economista y especialista en análisis político y gestión social de la Universidad Autónoma, fue concejal de la ciudad durante tres períodos, candidato a la Alcaldía de Medellín en 2003, Secretario de Gobierno del departamento y asesor político de Alonso Salazar durante su primer año de gobierno. Actualmente es docente del ITM y consultor de Corantioquia.
A El Poblado llegó en 1995, donde conoció a Elisa Sánchez, su esposa y directora ejecutiva de Corpoblado, quien también se ha caracterizado por el trabajo comunitario. “Yo a Elisa la conocí pelando por un parque en el sector de La Visitación. Yo defendía el querer de la comunidad de las lomas que deseaban una cancha de fútbol de arenilla, mientras que ella estaba con la gente de las urbanizaciones que se oponían al proyecto por la contaminación y demás factores. Finalmente la cancha no se hizo y quedó el parque. Siempre hemos estado en este tipo de actividades comunitarias y sociales”, dijo Mejía, quien por su experiencia tiene sus posiciones sobre la inseguridad que persiste en la ciudad y en El Poblado.

Tecnología y denuncia ciudadana
Para este experto en orden público, aunque los problemas de inseguridad en El Poblado son muy distintos al resto de la ciudad, sí son un reflejo de lo que sucede. “En la última encuesta Medellín Cómo Vamos llama la atención que los habitantes de El Poblado no utilizan la línea 123, aunque las personas de aquí son las que más denuncian. Las modalidades aquí son el raponeo, el atraco callejero y el fleteo por falta de vigilancia en los bancos”, expresó.
También habló de sensibilizar a las juntas de las urbanizaciones, para que estén pendientes de movimientos extraños en las unidades residenciales porque algunos delincuentes se camuflan allí.
Para Jorge Mejía, parte de la solución para El Poblado estaría en “tener comités de seguridad de la comunidad, alrededor de áreas definidas con la ayuda tecnológica. Aquí faltan cámaras de vigilancia y alarmas que los celadores puedan accionar en sus casetas. Aparte de aumentar el pie de fuerza en los barrios de la comuna, la comunidad también debe comprometerse”, dijo.

“Hay estructuras mafiosas organizadas”
Mejía, quien fue Secretario de Gobierno de Antioquia durante la gobernación de Aníbal Gaviria, afirma que “el Alcalde Salazar arrancó su administración hablando duro y llamando la atención sobre el porte de armas en la ciudad, la corrupción que hay alrededor de este asunto cuando al ser decomisadas vuelven a manos de los criminales, también que había miembros de las autodefensas que continuaban delinquiendo y sobre la judicialización a menores. Él llegó con una posición fuerte la cual mermó con los ataques que le hicieron para ensuciar su labor, pero cuando la Fiscalía lo exoneró volvió a ser el Alonso del comienzo”.
Según este dirigente del Partido Liberal, el problema de la inseguridad en Medellín ha aumentado porque hay debilidades en el diagnóstico sobre lo que realmente pasa. Esto explica la precariedad de las acciones, dice, porque el conflicto va más allá de las bandas y “combos” que se enfrentan por el tráfico de estupefacientes y territorios. “Negociar con ellos me parece equivocado, no sé por qué no reconocen que lo que tenemos en Medellín es una confrontación de mafias con estructuras jerarquizadas y organizadas, que controlan la criminalidad en buena parte del país. La otra particularidad es que combinan actividades legales e ilegales. Legales como el transporte, el chance, los casinos, la construcción y algunos sectores del comercio. Esa es una clara característica de una organización mafiosa”, opinó Mejía.
Teniendo en cuenta su hipótesis, asegura que el Estado debe perseguir el origen de los recursos de dichas organizaciones en el sistema financiero, y que alguna ley debería permitir expropiar sus bienes para reducir la violencia que hoy padecen las ciudades colombianas.

 
     
   
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