Me encontraba en un foro de mujeres hablando de cultura organizacional. En una de mis intervenciones, compartí una verdad que había aprendido en mi trayectoria: la cultura no es promediable. Es un tejido tan profundo, que intentar solo cuantificarlo sería tan inútil como intentar encerrar el viento en una botella. El comportamiento humano es complejo y requiere un enfoque científico para ser comprendido a fondo, siempre y cuando realmente queramos gestionarlo o transformarlo.
Lea más columas de Susana Zapata aquí.
Lo que no me imaginé fue que esta observación encendería una chispa entre muchos líderes presentes, quienes habían sentido una incomodidad latente al tratar de medir la cultura en sus organizaciones. Más allá de ocupar un buen lugar en un ranking, querían comprender qué estaba ocurriendo realmente para poder impulsar sus resultados.
Medir implica comparar dos cantidades. Por ejemplo, para saber la longitud de algo, la comparamos con una regla. En cambio, comprender implica aislar, identificar y conectar coherentemente datos externos con la información que ya poseemos. Para comprender, hay que conectar.
Medir la cultura suele implicar compararla con un puntaje anterior para determinar si ha evolucionado. Este enfoque puede ser útil, permitiendo además hacer pulsos por áreas o procesos específicos.
Algunas organizaciones definen una cultura deseada o requerida para identificar brechas con respecto a la cultura actual. Sin embargo, este enfoque puede ser limitado, ya que la cultura es un tejido tan complejo que podríamos quedarnos cortos en nuestros enunciados y terminar gestionando aspectos que no son realmente relevantes.
Le puede interesar: “La Montaña de Clara”, con M de mentor y M de montaña
Evidentemente, medir la cultura puede ayudar a identificar algunas brechas, pero también deja fuera muchos factores valiosos para la toma de decisiones organizacionales. Podemos desear una cultura determinada, pero para alcanzarla es necesario modificar patrones presentes, y para hacerlo, debemos ser conscientes de ellos.
La cultura no es un ejercicio a futuro. Muchas iniciativas fallan porque los líderes dibujan una cultura tan inalcanzable o distante que la transformación se vuelve intangible. La cultura ya existe, está aquí y ahora; debemos comprenderla para poder evolucionarla y adaptarla a las nuevas necesidades del negocio y su contexto.
Quien invierta en comprender su cultura se está dando el regalo de explorar esos rincones oscuros que ninguna encuesta puede mostrar. Esto requiere utilizar múltiples métodos de investigación que nos permitan obtener tanto big data como thick data: datos cualitativos y cuantitativos, respaldados por equipos técnicos de investigación (antropólogos, psicólogos, filósofos, economistas, entre otros) o apoyados por inteligencia artificial.
También lea: Propósitos inmortales
- Para quienes no estén familiarizados, el “thick data” se refiere a datos cualitativos obtenidos mediante entrevistas en profundidad, observaciones y estudios de caso, proporcionando una visión más rica y matizada. A diferencia del big data, que son grandes volúmenes de datos cuantitativos, el thick data ayuda a entender el “por qué” detrás de los números
Caramelo Escaso tiene un propósito genuino de transformar sociedad desde las empresas, desde sus líderes. Expandir y poner el altavoz a eso que hacemos con tantas ganas, nos permite más allá de vender, que por supuesto es importante, crecer nuestro propósito, llegar a más organizaciones. Así que si lees esto y conoces alguna empresa que creas que deba saberlo, solo compartirlo multiplica la intención.
Después de 15 años observando, midiendo y comprendiendo cientos de culturas, pondremos al servicio de nuestros clientes y la
#Comunidadcooltura nuestro OBSERVATORIODECOOLTURA®. Esta unidad de investigación y comprensión de cultura ha sido nuestro compañero durante todos estos años, y ahora se convierte en un centro de datos valiosos para entregar tendencias y acciones que faciliten la toma de decisiones. Hemos utilizado esta herramienta para brindar la mejor comprensión de la cultura a nuestros clientes, y lo seguiremos haciendo, ahora incluso para múltiples tamaños de empresas. Además queremos que estos datos evidencien que las organizaciones comparten contextos y problemáticas, formando un ecosistema que nos permita co-crear mejores lugares para trabajar, cambiando el mundo desde adentro.
Ninguna empresa es demasiado grande. Ninguna empresa es demasiado pequeña. Para crecer desde su cultura. Si quieres cambiar el mundo desde adentro, desde la #Cooltura empieza con buena DATA.
Únase aquí a nuestro canal de WhatsApp y reciba toda la información de El Poblado y Medellín >>