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“Antes les tenía que colaborar diariamente a tres o cuatro personas invidentes para cruzar La 10 o la Avenida, ahora no. Ellos se van solos, derecho con su bordón, porque se guían con el resalto”. Sin embargo, no todos ven con buenos ojos las nuevas guías de movilidad para ciegos, en especial los conductores, algunos de los cuales opinan que además de entorpecer la movilidad, pueden causar daños en carrocería y neumáticos. Ante las críticas reiteradas, la Secretaría de Tránsito analiza la posibilidad de disminuir su altura, pero antes “vamos a dar unas semanas de espera para que se asienten, como ocurrió con las que se instalaron de prueba en la San Juan, frente a La Alpujarra”. Así lo asegura Juan José Roldán, ingeniero civil de la Secretaría de Tránsito, quien añade que es muy probable que estas guías “disminuyan de altura con el paso recurrente de los vehículos, pues son construidas en pintura en material termoplástico con una mezcla de agregado”. Las guías en El Poblado tuvieron un costo de 15 millones 638 mil pesos.
Mediante experimentos Según Juan Carlos Quiceno, comunicador de la Secretaría de Tránsito, la instalación de estas guías para invidentes es el resultado de las pruebas que se empezaron a realizar hace 26 meses frente a La Alpujarra, el sitio con mayor tráfico de la ciudad. Inicialmente se analizó el uso de semáforos con pitos, pero el resultado del experimento, adelantado con la Escuela de Ciegos y Sordomudos, fue que sin señales que los guiaran en las vías “ellos se perdían y se metían entre los vehículos, lo cual generaba no solo caos vehicular sino la posibilidad de un accidente. Lo que se hizo luego fue empezar a experimentar soluciones de guías en las vías”. El siguiente ensayo, cuenta Juan José Roldán, consistió en instalar láminas metálicas de la misma altura y tamaño de las guías actuales, pero después se retiraron “porque se empezaban a soltar del pavimento y era peligroso para los motociclistas”. Posteriormente, al hacer pruebas con las guías de plástico, concluyeron, tanto la Secretaría de Tránsito como la Escuela de Ciegos y Sordomudos, que estas soluciones “eran buenas para ellos, no dañaban las vías y que no tuvieron inconvenientes de quejas de los conductores. El resultado fue muy positivo bajo todos los aspectos y se tomó la decisión de replicar las guías por El Poblado, Centro y Laureles”, agrega Juan Carlos Quiceno. No obstante, la multiplicación reciente de estos resaltos ha desatado polémica y críticas frecuentes de los conductores. La Alcaldía, por su parte, las defiende como una más de sus estrategias para construir una ciudad más incluyente, en este caso con las 25 mil personas ciegas o con limitaciones visuales que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Tránsito, tiene Medellín. |
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