El caso ocurre en la urbanización Montevideo, en el área de la transversal Inferior con Los Balsos: una palma, que está muerta en pie, tiene autorización de la autoridad ambiental Área Metropolitana para ser talada, debido a sus riesgos de desplome y también por efectos fitosanitarios.
La tala es el tercer procedimiento autorizado en la misma urbanización, después de que la autoridad ambiental encontrara en febrero de 2017 y en agosto de 2019 otras palmas muertas en pie.
Se trata de la especie Roystonea regia, más conocida como palma real.
“A pesar de que estas son muy estables, se han visto casos donde se desploman los estipes de individuos muertos pudiendo generar accidentes, tanto para la vida humana como para la infraestructura cercana”: así explica la subdirectora Ambiental del Área Metropolitana, Ana María Roldán, porqué se otorgan autorizaciones de tala.
“Cualquier estructura en pie es susceptible de desplomarse, más aún si se trata de un individuo muerto”, dice la funcionaria.
La nueva autorización venía en proceso julio de este año y la palma fue identificada con el código árbol 00114140010717. Iba fuera abajo, ¡hasta que aparecieron las guacamayas!
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¡Cuidado con los nidos!
Cuenta Lissy Villa, de la urbanización Montevideo, que las guacamayas son habituales de la zona del Club Campestre, el Museo El Castillo y la transversal Inferior. “A diario vienen a comer a Montevideo”, cuenta la vecina, quien ahora pone en alerta la inconveniencia de la tala.
No solo hay riesgo de desplome, como dice el Área Metropolitana, sino que también hay factores fitosanitarios. “Estas palmeras suelen ser atacadas por un escarabajo de la familia Curculionidae, que se alimenta del cogollo y les provoca la muerte. Una vez cumplen su ciclo en la palmera, emergen para colonizar y afectar a otras”, explica la subdirectora ambiental Roldán, quien añade que además puede haber presencia de fitoplasmas, generadoras de enfermedades en las plantas.
Prima la vida de la especie animal
Así lo establece el Área Metropolitana, a pesar de las implicaciones de dejar la palma muerta en pie. Según indicó la entidad, antes de talar se verifica que no haya presencia de especies animales.
De hallarlas, se suspende la intervención, en este caso hasta que las guacamayas hayan abandonado sus nidos y los especímenes más juveniles puedan valerse por sí solos.
En caso de que la tala sea un procedimiento urgente, explica la autoridad, se procede a un ahuyentamiento con reubicación de nidos, huevos y polluelos por parte de personal calificado.
“Se enviará personal profesional de la entidad, con el fin de verificar y tomar la mejor decisión de acuerdo con lo que se observe en el sitio”, anunció la funcionaria Roldán.
Por su parte, Lissy Villa, residente de Montevideo, entiende que se hubiera autorizado la tala hace dos meses porque la palma estaba presentando desprendimiento de ramas y peligro para la copropiedad. Hoy, añade, hay nidos y “debemos salvar nuestra fauna. Las guacamayas están establecidas en nuestro territorio”.