Hay gente que es como el sol. Termina la tarde y un grupo de nubes color índigo empieza a cubrir el cielo. De pronto, aparece ella y su sonrisa amplia ilumina el día y da paso a la conversación. Se llama Geraldine Pomato y es la fundadora de WikiMujeres, un grupo de Facebook que nació en el 2015 para crear comunidad, unir caminos, y lograr que las mujeres se llenen de fuerza interior y convicción.
El primer grupo nació en Bogotá, y después siguió el de Medellín, una ciudad que ha visitado varias veces y de la que admira la capacidad de pensar en el bien común. A este grupo, las mujeres llegan con dudas o causas tan distintas como la vida: conseguir un pintor para el apartamento, vender un par de zapatos que llegaron por Internet y no sirvieron; tal vez desahogarse por una decepción.
“Nunca me imaginé el éxito que iba a tener WikiMujeres en el mundo. Medellín es un caso exitoso”.
En Medellín ya son más de 9.200 integrantes. Al comienzo, llegaban por invitación de alguien. Todas distintas, en edad, en historias, y con las mismas normas: respetar el nombre ajeno, aportar, construir. Y con la posibilidad de publicar, en forma anónima, cuando se necesita preguntar o compartir una historia sin ser juzgada o reconocida.
“Este es un ecosistema que tiene su propia vida. Hace 8 años lo creé con la intención de que las mujeres pudieran ser reales ahí; sin máscaras o afanes de perfección. En las redes sociales, mucha gente no aprendió a relacionarse y se volvió más agresiva. La idea de crear WikiMujeres es ayudarnos, transformarnos para bien y sanarnos desde la propia experiencia como una tribu de mujeres”.
Junto a un equipo femenino, psicólogas de profesión, la mayoría, revisa las publicaciones, recibe mensajes y orienta la operación del grupo. Después de analizar y conversar con las demás sobre todo aquello que ven, tienen algo claro: “Estar en WikiMujeres es como tener hermanas en varios lugares del mundo. Aquí, más que la cantidad de publicaciones o seguidores, nos interesa construir esa confianza, entender la profundidad del ser, conectarse desde el corazón. Cada mujer es capaz de transformar a otra persona. Las mujeres estamos en el centro de la creación (sonríe de nuevo) y con nuestra energía creamos una onda expansiva capaz de tocar lo demás; somos como una ficha de dominó”.
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Después de recibir un premio de parte de PricewaterhouseCoopers, ser analizadas por la Universidad de los Andes, mejorar la vida de miles de personas, y trabajar sin remuneración y sin horario, ahora se preparan para una etapa: lograr que las integrantes de Medellín sigan en el grupo a través de las membresías remuneradas, una suscripción con la que buscan ser sostenibles, coherentes y “llevar abundancia a otros”, dice.