Gelattos: una razón dulce para ir a El Retiro

A unos cuantos minutos del parque de este municipio, existe este negocio de helados, postres y bebidas. Después de atravesar la puerta, las personas comprueban qué es un buen sabor y el verdadero buen servicio.

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Aquí no existe eso: que llegues cerca a la hora de cierre y te digan que no atienden, que la caja no acepta más pedidos y que te miren con indiferencia. En este sitio, el servicio es una combinación de amabilidad y respeto. Te tratan como si fueras alguien cercano y sirven cada preparación con delicadeza.

Al frente de este lugar está Natalia Correa, una mujer que disfruta su oficio: “Me gusta compartir con las personas y crear recuerdos”, dice. Sobre sus helados, protagonistas del negocio, tiene una
posición clara: “Nos enorgullece ofrecer helados cremosos, con buenos sabores y
preparados con amor”.

También es consciente de lo que sienten sus clientes: “Lo que realmente nos hace especiales es la forma en que cuidamos a las personas. Desde el momento en que alguien pasa a través de la puerta,
recibimos a esa persona con una sonrisa y en medio de un ambiente que se siente como estar en la casa”.

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La historia del nombre tiene que ver con su familia: “Mi mamá, toda la vida, ha hecho y vendido gelatinas y por eso a mí y a mis hermanos nos decían los ‘gelatos’. Cuando creamos el negocio hace 3 años y casi 4 meses, pensamos que con este nombre podíamos unir las dos cosas: el gusto por el helado y la historia nuestra”.

Después de creado, agregaron más elementos a su menú: pastelitos, tortas, obleas, sodas y otras bebidas. Y esta variedad permite que la visita a Gelattos se convierta en un plan familiar: mientras
los niños comen alguna copa especial, los papás disfrutan con un buen café o con otra de las preparaciones.

Gelattos es posible gracias al trabajo en equipo: Además de Natalia, aportan Sofía, su hija; Mateo, el novio de Sofía; y Jaime, su esposo. A ellos se suma Angie Tatiana Aránzasu, empleada de este lugar, y que a simple vista y por el trato, parece de la familia. Después de algunas semanas de menos ventas, Natalia espera más visitas en este tiempo de vacaciones. “Cada visita es una oportunidad para aprender. Por eso nos gustaría que nos visiten pronto y así, nos ayuden a continuar”.

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