Estaba en una conversación coloquial, hace un tiempo, y alguien cerró diciendo “eso es FOMO”. Acto seguido todos nos fuimos como si hubiéramos entendido perfecto el término y, por supuesto, llegué a mi casa a salir de la ignorancia. FOMO –fear of missing out– o miedo a perderme algo que ha pasado o que esté pasando.
Lee más columnas de Ángela Vanegas aquí.
Días después, me encontré con otro grupo de amigos hablando de todo lo que ha pasado este año, Solo en el ámbito tecnológico la carrera por quien lanza la IA más rápida, útil, que consuma menos energía o que te conozca mejor y eso sin hablar de los agentes autónomos que actúan sin intervención humana. Por otro lado, los robotaxis, los drones espía, el balance del trabajo automático que en algunas compañías supera en cantidad el realizado por humanos, según entrevista dada por el CEO de una de las compañías de tecnologia más importantes de Silicon Valley.
En paralelo, y relacionado con una de las mayores fuentes de tecnología, la guerra, los sistemas anticohetes, antidrones, los escudos de protección de ciudades, países, las distancias cada vez mayores alcanzadas por cohetes explosivos. El miedo a no perderse nada, que termina generando a veces el agobio de estar al día con todo o la sensación de pensar que todos es una realidad absoluta, transversal y que pasa al mismo tiempo en todas partes pero que nos extrae de lo objetivo. Por todo esto hay quienes prefieren el JOMO, –joy of missing out– o el placer de perderse todo o estar al margen de lo que pasa y esperar a recibirlo por transitividad, no por estar en el frente de ingreso de la información.
Lea también: “Halucinaciones”
Este extremo, tambien peligroso, nos lleva a ignorar cosas que ya pasan hace meses o que han evolucionado desde una idea original durante décadas. Este que nos lleva a estar más atrás que el último, nos termina sacando de contexto. Es así que mi elección es el CHOMO –choose what missing out– o escoger qué perderse (si ya existe el termino, que bueno y sino, me lo atribuyo). Esto es usar las facultades humanas, para elegir en libertad, qué es lo que no me quiero perder y qué dejo pasar. No ser autómata en un momento histórico en que podemos caer en perder la esencia y uniformar nuestro ser, pensar y actuar con el exceso de información y tecnología.
O si queremos asumir el CHOMO como el rescate del propio criterio. Enhorabuena. Todo esto lo conecto con un par de conversaciones que he tenido en las últimas semanas con personas cercanas que me han compartido sus momentos de vacío o de anhelo de algo superior y que nos han llevado a concluir que ese vacío es la alerta de que nada de esto llena el espacio, ni el exceso de información o actualidad, ni el dejar de estar en la movida y tal vez lo que hace falta es poder buscar el silencio y la quietud que no están en el FOMO ni tampoco en el JOMO y que tal vez el CHOMO, como elección personal nos permita encontrarlos para hallar en ellos las respuestas que nos hacen falta.
Únase aquí a nuestro canal de WhatsApp y reciba toda la información de El Poblado y Medellín >>