Con una inversión de más de $2.000 millones, esta colaboración busca preservar y restaurar ecosistemas clave que abastecen de agua a Medellín y el Valle de Aburrá.
Los esfuerzos de conservación se centran en el embalse de La Fe, ubicado en El Retiro, en toda la Cuenca del Río Arma y en las subcuencas del Río Piedras y el Río Buey, entre los municipios de Abejorral, La Unión, La Ceja, El Carmen de Viboral y El Retiro.
“Nosotros reconocemos como Distrito que dependemos, en gran parte, para el abastecimiento del recurso hídrico de cuencas del Oriente y del Norte del departamento de Antioquia. Por eso, tomamos la decisión de aunar esfuerzos con Cornare para realizar diferentes acciones asociadas al pago por servicios ambientales, de restauración y conservación”, afirmó la secretaria de Medio Ambiente de Medellín, Ana Ligia Mora.
El convenio incluye la implementación del programa Pago por Servicios Ambientales, un mecanismo que incentiva a los propietarios de predios en ecosistemas estratégicos a preservar y restaurar estos territorios. Esta medida busca asegurar que las cuencas hídricas del Oriente antioqueño sigan cumpliendo su función ecológica.
Las acciones contemplan la restauración e implementación de prácticas sostenibles en la agricultura y la ganadería, así como educación ambiental para las comunidades cercanas, para contribuir a la conectividad ecológica, la reducción de la erosión y la mitigación del cambio climático.
“El agua que llega al municipio de Medellín, el 68 % nace del Oriente antioqueño, y hoy estamos compensando a esas familias que nos ayudan a protegerla desde las cuencas del Río Arma con las Subcuencas del Río Buey y Río Piedras, entregando a 90 familias pagos por servicios ambientales, 400 hectáreas de conservación”, destacó el director de Cornare, Javier Valencia.
Este esfuerzo conjunto está alineado con el Plan de Desarrollo Distrital Medellín y el Plan de Acción de Cornare, lo que reafirma la sostenibilidad y la gestión responsable del agua como ejes clave del desarrollo regional. La iniciativa no solo protege los recursos naturales, sino que también mejora la calidad de vida de las comunidades que dependen de ellos para su bienestar y desarrollo.