| Hay una gran diversidad de aves, más de 100 especies, como búhos, guacamayas, guacharacas, loros, turpiales, barranqueros, copetones, chamones. Una variedad de pequeños reptiles y anfibios como ranas, lagartos y serpientes, además de la riqueza entomológica (insectos). Sin embargo, en la última década los urbanizadores han afectado los bosques, las cuencas y la fauna silvestre a diestra y siniestra, como si no hubiera mañana. Debido a la inminente expansión de la zona urbana en esta zona de reserva ambiental, el Área Metropolitana busca que los constructores y nuevos residentes tengan un manejo armónico de los recursos naturales. Recomendaciones a constructores Toda urbanización requiere una licencia ambiental para hacer la intervención en zonas de reserva natural. El constructor debe hacer un estudio de impacto ambiental y cumplir con la obligación de identificar qué especies hay, reubicarlas dentro de la franja de bosque y desarrollar un plan de manejo. Sin embargo, según el Área Metropolitana muy poco de esto se cumple porque los constructores piensan que en la reposición paisajística se harán las compensaciones a los daños causados. Pero las compensaciones son pobres en valor ambiental y la consolidación de un nuevo ecosistema es lenta. “Por eso se exige a los constructores minimizar los impactos negativos antes de ejecutar la obra y sensibilizar a sus operarios, porque cuando estos encuentran animales como culebras las matan, cuando se pueden reubicar con el apoyo de la autoridad ambiental”, afirma Víctor Vélez, Coordinador del Grupo de Protección a la Fauna del Área Metropolitana. Los residentes contra la naturaleza Uno de los principales problemas de los moradores en esta zona silvestre es que solo cuidan especies carismáticas como ardillas, porque son agradables y llamativas. Pero cuando ven especies como las chuchas campestres, de gran importancia en el equilibrio ecológico, la tratan como a una rata grande y tratan de exterminarla. “Lo que la gente debe entender es que al urbanizar estas zonas disminuye el espacio para el desarrollo de estas especies. Por eso es necesario establecer medidas de manejo, y convivir con la fauna silvestre antes que exterminarla por una simple apreciación estética”, aclara Víctor Vélez. Qué hacer con la fauna silvestre Cuando se corta el bosque que suministra el alimento y nicho ecológico a la fauna silvestre, las diversas especies buscan en las plantas frutales y basuras de las urbanizaciones un nuevo medio de subsistencia. Por eso es necesario el manejo adecuado de las basuras, porque su consumo afecta la dieta básica de los animales, les puede generar enfermedades por la falta de tolerancia a determinados alimentos o intoxicación por su estado descomposición. “Cuando hay animales silvestres en las urbanizaciones, allí deben pedir la intervención de la autoridad ambiental para su reubicación. Si hay proliferación de estos animales (o plaga) también hay que informar al Área Metropolitana para que haga una visita y proponga medidas de control, como barreras físicas o químicas, para que el animal no ingrese y afecte el predio”, explica Víctor Vélez. Mortalidad animal No es posible cuantificar el impacto de las construcciones sobre la fauna de esta zona por varias razones: la diversidad de proyectos urbanísticos, la irregularidad en el cumplimiento de los requisitos ambientales, y porque no se puede determinar la afectación con base en la cantidad de especies sino en la importancia de su función ecológica en el entorno, empezando con los insectos. La amplia riqueza florística permite que haya más variedad de alimentos y por ello hay una gran cantidad de aves. Pero al erradicar la flora nativa, las aves, que son dispersadoras de semillas y controladoras de insectos, se desplazan. Esto provoca que aumenten las poblaciones de otros animales (insectos) y se produzca el desequilibrio ecológico (a veces en forma de plagas). Recomendaciones Vienen del Área Metropolitana: 1. Convivir con la naturaleza y preservar corredores ecológicos como quebradas, parches de bosques, respetar el retiro de las quebradas y usar este potencial ambiental como gancho comercial para el proyecto; hasta ahora la tendencia ha sido expandir el concreto y cortar de tajo con la riqueza y diversidad ambiental. 2. Para los moradores lo primero es no tener fauna silvestre como mascota, y garantizar la permanencia de las especies en su hábitat natural. Cuando haya un problema con fauna silvestre no recurrir a la erradicación de plagas con venenos sino llamar a la autoridad ambiental: Grupo de Fauna del Área Metropolitana 385 6000, extensión 311. Hay un grupo de expertos en manejo de fauna que pueden proponer soluciones ambientales. | |