24 familias del barrio El Salvador, en el centro-oriente de Medellín, se convirtieron en las primeras microproductoras de energía solar en Colombia.
Son familias trabajadoras, de clase media, que conformaron la primera comunidad que le inyecta energía solar al Sistema Interconectado Nacional (SIN). Este es un proyecto de EPM, la Universidad EIA, ERCO y NEU.
Lea: Mitigar la erosión litoral en el Urabá antioqueño, reto conjunto entre la UdeA y el Dagran
Darío Amar Flórez, vicepresidente ejecutivo de Nuevos Negocios, Innovación y Tecnología de EPM, explicó que “se trata de un nuevo modelo de prestación del servicio de energía, que busca dinamizar la transición energética en Colombia, donde la producción de electricidad se realiza a partir de fuentes de energía renovables no convencionales (ERNC) para inyectar energía a la red eléctrica bajo la figura de generación distribuida y recibir un reconocimiento económico por esa energía”.
Así opera la comunidad energética solar
A través de un sistema de puntos, la generación solar, en forma de generación distribuida, se convierte en una fuente de ingresos para la comunidad.
Estos puntos pueden ser usados para pagar la factura de la energía al final del mes, adquirir servicios relacionados o incluso realizar intercambios entre la comunidad.
El esquema implementado en el barrio El Salvador abre el camino para acercar la tecnología solar a los usuarios de los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3, superar barreras crediticias y físicas y lograr economías de escala.
La participación de las 24 familias en esta iniciativa fue voluntaria. Para el montaje de la comunidad se dispusieron tres techos de sus viviendas para instalar 43 paneles solares en dos generadores distribuidos, los cuales generan en promedio hasta 3.000 kWh/mes.
Medición inteligente
Frente al consumo de energía, cada integrante de la comunidad cuenta con un medidor inteligente y acceso a una plataforma que le permite en tiempo real gestionar, monitorear, controlar y tomar decisiones frente a su consumo de energía.
La puesta en marcha de este proyecto ha sido un éxito, en la medida que las familias lograron articularse y fortalecer el tejido social de su comunidad, para a través de la generación distribuida percibir beneficios económicos y ambientales.