Jonathan Levi músico, escritor, productor y ahora maratonista, desempeñó muchos roles que le dejaron poco tiempo para escribir. No se queja, pero fue suficiente, hoy necesita contar sus historias.
Por: Claudia Arias Villegas
Su hija Rebeca vivió en la ciudad por tres años, en los cuales trabajó para la Red de Escuelas de Música de Medellín, así que cuando e enteró que su papá venía a presentar su libro Septimania a la Fiesta del Libro y la Cultura, supo que debía estar aquí. Un gusto para ellos y para quienes estuvimos en la conversación de Jonathan Levi con Ricardo Gómez (Don Vito) el sábado 8 de septiembre en el Parque Explora.
El tema era Una voz que transita por la música, el teatro y la literatura, y cómo la música suele escucharse mejor de lo que se explica. Hacia el final de la charla Gómez invitó a Levi para que, en compañía de su hija y del también músico Cristian Camilo Tobón, interpretaran una pieza que aparece en Septimania. Jonathan con su violín, Cristian en la guitarra y Rebeca en la voz, en una canción que alude a los números imaginarios, tal como la novela.
La música lo acompaña desde niño, pero ¿qué estudió usted en la universidad?
“Soy graduado de Yale en literatura comparada y luego me fui a Cambridge a hacer una maestría también en literatura. Fue estando allí que participé en la fundación de la revista Granta en 1979 y me quedé al frente de la misma hasta 1987”.
“Levi quiere saberlo todo; pero, aún más importante, quiere contarlo todo. Septimania es una novela voraz, con una curiosidad inagotable y una ejecución intrépida. Es una hazaña de la narración.”: Juan Gabriel Vásquez, escritor colombiano.
Fue un cambio grande pasar de escribir acerca de escritores, a ser usted el escritor.
Sí, en Granta trabajábamos con grandes escritores como Gabriel García Márquez, Milan Kundera, Graham Greene, y nunca había pensado ser un escritor, pero cuando vendí la participación en la revista y tuve tiempo para escribir, tenía también una idea para una novela, así nació Guide for the Perplexed (1992), que no ha sido traducida al español”.
Ya le han preguntado mucho por qué pasaron 25 años entre una novela y otra…
“Sí. Para escribir hay que tener tiempo, y entre una y otra novela hubo muchos proyectos y como soy bueno organizando cosas, mi participación se extendía y me quedaba al frente de algunos de ellos. En estos años también escribí ópera y estuve a cargo de proyectos culturales en Nueva York principalmente, roles que no podía rechazar como ser el primer director del Richard B. Fisher Center for the Performing Arts at Bard College, que fue diseñado por Frank Gehry, y así pasaron los años, hasta que decidí que era suficiente”.
Su novela Septimania está llena de datos sobre los números imaginarios, Carlomagno y otros asuntos, ¿qué tanto se preocupa por verificarlos?
“Siempre es una pregunta qué tan exacto se quiere ser en estos casos, y en la revisión inicial de los editores suele haber preguntas acerca de ciertos datos, pero yo no me obsesiono con esa veracidad; es decir, si menciono algo que pasó en realidad como el 11 de septiembre, pues es el 11, no el 10, eso no lo cambio; pero ya en asuntos que no son tan exactos o verificables, me doy licencias, invento, así que es una mezcla de ficción y no ficción”.
Ahora que está dedicado a escribir, que no responde a proyectos que involucran a otros tan directamente, ¿cómo se le da el asunto de la productividad?
“Es necesario crearse una rutina, sentarse a escribir… o al menos sentarse. Amos Oz lo explica así: ser escritor es como tener una tienda, uno la abre todos los días y se para frente al mostrador, hay días que hay clientes y días que no aparecen, pero siempre hay que estar ahí. Igual con la escritura”.
Y resulta que correr le ayuda en sus procesos creativos.
“Sí, corrí mi primera maratón el día que cumplí 60 años, ahora voy a correr la tercera. Me gusta correr para conocer nuevas ciudades, o hacerlo en la banda, que no es tan divertido, pero entonces aprovecho para escuchar audiolibros, pues me falta tiempo para leer más”.
¿Qué está escribiendo ahora?
“Acabo de terminar mi tercera novela, ahora hay que esperar a ver qué dicen los editores, además trabajo en varios proyectos más cortos y tengo otra novela en mente”.