Entrar al gimnasio… ¡y no salirse a la quinta clase!

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Se dice que hay que hacer deporte con frecuencia; que el gimnasio es el mejor lugar porque hay profesores, asesoría, máquinas, ambiente y pares que generan motivación; pero que no pocos se libran del fenómeno de inscribirse, definir un horario, iniciar las clases, sentir ese aliciente torturante del molimiento muscular y, a los pocos días, ¡abandonar!


Hay remedio, en opinión del profesor Esteban Uribe, del gimnasio Smart Fit, en especial para quienes están decididos a dejar la vida sedentaria y a no perder ni el impulso ni la inversión: “No hacer cambios radicales en alimentación y ejercicio de un día para otro. Es un proceso paulatino”. Según Esteban, el cerebro no se adapta a tantas revoluciones simultáneas y opta luego por rechazar.


A otros lo que les ocurre es que permanecen más tiempo, pero a la larga los saca la frustración porque no ven los resultados que esperan. El profesor sugiere buscar asesoría de un entrenador y de un nutricionista para construir metas y logros.

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¿Se debe entrenar todos los días? ¿Cuándo hay que descansar? Para los nuevos es ideal cuatro días por semana, con un mínimo de tres, para que rinda. Y, añade, “hay que descansar y cuidarse del sobreentrenamiento”.


Todo, en su opinión, desarrollado en un gimnasio, mejor que en la casa, donde el mismo ambiente termina agotando al practicante.

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