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Enchula tu bici
La bicicleta, esa compañera de la infancia que nos dejó caer un par de veces mientras aprendíamos, y otro tanto haciendo piruetas o chicaneado talento, también nos dio muchos momentos de felicidad en la juventud. Ella está guardada en un garaje, finca o cuarto útil, esperando que le inflen las llantas para ver el mundo otra vez. Dos jóvenes artistas de Envigado pueden ayudar.
Muchas personas comparan aquello que no se olvida, con la facultad de montar en bicicleta. No solo porque pedalear y mantener el equilibrio es fácil e inolvidable una vez aprendido, si no tal vez por que los momentos en que se usó una bici fueron de infancia o juventud, llenos de alegría, en compañía de familiares y amigos, o en soledad placentera, disfrutando del aire libre, de la naturaleza o de la ciudad desde otra perspectiva.
Enchulame la Máquina, del canal Mtv, glamourizó la idea de convertir autos vetustos en naves escandalosas, llenas de “gallos” y que finalmente llamaran la atención por un diseño novedoso y creativo, en lugar de la pintura oxidada, puertas caídas y choques ancestrales. En Envigado, desde hace dos años existe un taller con ideas similares pero con un lado más ambiental. Se trata de Turbo Colors, un negocio que se dedica restaurar bicicletas olvidadas, la de infancia, la del papá cuando era joven, la que está sin una llanta o de ambas llantas pinchadas, que lleva 15 años en un cuarto útil o garaje, la oxidada de colores setentudos u ochentudos, o a la que le falta el manubrio. Cualquier pedazo de bicicleta que en algún momento tuvo vida útil, Fernando Montoya, artista plástico, y Leonardo Giraldo, diseñador gráfico, se atreven a meterle la mano.
El proyecto de estos dos jóvenes, de 29 y 20 años respectivamente, consiste en darle la vuelta a las bicicletas que ya tuvieron su hora de brillo, y devolverles el glamour con un estilo mucho más artístico que el que lucían. Dice Fernando que la idea empezó con su interés por decorar y personalizar todo; el celular, la chaqueta, una gorra y hacer grafiti, y también con las habilidades innatas de mecánica de Leonardo.
El proceso de restauración puede durar aproximadamente un mes, cada bicicleta es un caso único y se toma como un proyecto integral, que requiere diferentes cambios. Cada cliente lleva su cicla o les envía fotos, “idealmente que sea una bici de sus afectos” dice Fernando, pues en cada creación artística la historia detrás de la pieza, o sus orígenes, son una parte esencial de la obra. Después los muchachos tienen una serie de encuentros con el cliente para ver cuáles son sus gustos, cómo es esa persona y su estilo de vida, le presentan opciones de pintura, diseño, dibujo, y una vez el cliente decide, se ponen a trabajar. Tienen un costo fijo para el trabajo de pintura, y ya cada ciclista puede elegir a su antojo y presupuesto, cuáles accesorios extra o diferentes quiere: sillín, canasta, pedales, manubrio, etc. Leonardo y Fernando los consiguen.
En dos años que llevan pedaleando este negocio, han restaurado más o menos 20 bicicletas. Uno de sus proyectos especiales es una bici Gitane que Fernando encontró en una chatarrería, y es el modelo campeón del Tour de Francia 1982-1983, un modelo que solo usan competidores. Tenía los colores del equipo Renault-Elf-Gitane, azul y amarillo, y ahora luce unos vibrantes azules y verdes metálicos, “como un colibrí”, explica Fernando. Además tienen sus propias bicicletas que son híbridos de bicicleta todoterreno y turista para montar en la ciudad. La de Leonardo tiene los colores del equipo de fútbol alemán, y la de Fernando tiene un colorido militar.
Así, sería ideal desempolvar esa vieja amiga de dos ruedas, que se lleva bien con el medio ambiente y darle una nueva vida, para ir a la ciclo-vía, a los ciclo paseos de Días del Aire en el MAMM, para ir a trochar en los municipios aledaños, hacer ejercicio en Las Palmas, o dejar atrás los tacos y la contaminación del carro, para llegar a trabajar o a estudiar, muy a la moda en un transporte chic y limpio.
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