En busca de la lonchera perfecta
Al seleccionar la lonchera escolar no solo se debe tener en cuenta si su hijo admira los personajes que la adornan, sino también la edad y la personalidad del niño y el uso que se le pretende dar a este útil accesorio.
Las plásticas son las más utilizadas por el público infantil, son livianas pero al mismo tiempo rígidas y ofrecen un buen soporte para el transporte de alimentos. Las hay de todos los tamaños, colores y formas, en diseños rectangulares tradicionales como otros más contemporáneos, con divisiones interiores (al estilo Bento) que permiten separar los alimentos e incluso con empaques especiales integrados para hielo. Son ideales para niños pequeños y de gustos cambiantes, pues suelen ser las menos costosas.
Por su resistencia, las clásicas loncheras metálicas son perfectas para niños activos y deportistas, pero con la madurez suficiente como para no utilizarlas para agredir a sus compañeros. Son artículos retro muy de moda, más entre los adultos que los niños, aunque estos últimos también suelen sentirse atraídos por sus llamativos diseños. Son más pesadas que las de plástico, pero ofrecen una buena protección a los alimentos ante golpes o caídas.
Para quienes desean conservar la temperatura de los alimentos, ya sean calientes o fríos, y así permitirle a sus hijos disfrutar, por ejemplo, de un derretido “recién hecho” a cualquier hora del día o de un refrescante jugo granizado, son muy recomendables las loncheras térmicas. Son fáciles de llevar, de alta durabilidad, e incluso algunas de ellas son fabricadas en neopreno lo que las hace resistentes a las manchas. Una debilidad frente a las anteriores opciones, es su menor rigidez, por lo que no protegen tanto la comida de compresiones.
La decisión final es responsabilidad de los padres, pero los receptores de las loncheras serán sus hijos, por eso es importante pensar cuáles de ellas van mejor con sus gustos, necesidades e intereses.
Tips de limpieza, mantenimiento y empaque
– Es aconsejable elegir termos sin pitillos, pues estos dificultan la limpieza y se convierten en foco de contaminación.
– Lave la lonchera térmica, de plástico o metálica, con agua tibia y jabón para lavar platos, todos los días, antes de empacar los alimentos. Algunas loncheras térmicas pueden lavarse en la lavadora, pero muchas de ellas solo pueden limpiarse a mano.
– Si su lonchera no es térmica, congele los jugos, yogures u otras bebidas, así se conservarán mejor y tendrán una temperatura adecuada al momento de su consumo.
– Para eliminar olores y dar una limpieza rápida a la lonchera, utilice toallitas anti bacteriales. Por cierto, las metálicas y plásticas no desarrollan malos olores con la misma facilidad que las térmicas.
– Evite empacar alimentos que puedan fermentarse o dañarse muy fácil (jugos en leche o sandía).
– Ubique en el interior de la lonchera una servilleta de papel o tela limpia antes de introducir los alimentos.
– Evite “sobrecargar” la lonchera. Trate de empacar lo que realmente el niño alcanzará a consumir durante la jornada escolar.
– Los infaltables sanduches debe empacarlos en papel aluminio o bolsas de plástico herméticas.
– Por la seguridad de los niños, evite empacar en la lonchera recipientes de vidrio.