¿Por qué los fenómenos de migración son siempre positivos para las empresas y los países y cómo podemos aprovechar esto para aumentar nuestra competitividad?
Te vas de tu país y dejas atrás a tus amigos y familiares, dejas tus calles, tu zona, tu espacio, tu comida. Sin saberlo, también dejas atrás un pedazo de tu identidad y comienzas a crear otra. Migras en avión, en tren, en camiones. Caminas al lado de carreteras, cruzas ríos, subes montañas, atraviesas valles. La comida escasea, sientes sed, no puedes parar, solo caminar. Tus zapatos se desgastan, tus piernas se cansan, no puedes parar, solo avanzar. Vas en los brazos de tu mamá, luego en los de tu papá, tus tíos, primos y personas que caminan con los tuyos, no pueden parar, solo esperar. Abres los ojos y ves las noches más hermosas llenas de estrellas, sientes frío, te mojas, sientes calor, se quema tu piel, no puedes parar, solo suspirar.
Esta puede ser la historia de una familia venezolana caminando las carreteras de Colombia, ya sea para quedarse acá o seguir a otro país. También puede ser la historia de una familia irlandesa a principios del S. XX dejando atrás los verdes campos de la Isla de Irlanda para poner entre ellos y su país un océano de distancia y buscar fortuna en Estados Unidos. Puede ser la historia de una familia nigeriana que atraviesa el mar Mediterráneo anhelando alcanzar las costas italianas. Sin duda, puede ser la historia de una familia colombiana, salvadoreña o mexicana intentando alcanzar los estados de California o Texas y comenzar así su sueño americano.
No todo proceso migratorio es necesariamente clandestino, pero sí todo proceso migratorio es complejo. “Comienzas a tener una extraña sensación de ‘no pertenecer’ ni al sitio al que llegas ni al que has dejado atrás”. Así me lo describió una gran amiga y líder, Lala Lovera, quien lleva varios años viviendo en Colombia, trabajando desde su Fundación Comparte, por las niñas y niños venezolanos y colombianos en distintas ciudades como Cúcuta y otros municipios aledaños, garantizando su permanencia escolar al generar entornos de protección para los mismos.
Inicialmente, hay temores de lado y lado, tanto de parte de las personas del país receptor como de las personas que migran. Temas como empleabilidad, educación, acceso a la salud entre otros se convierten en la prioridad de la agenda social. Sin dudas hay una preocupación generalizada como primera reacción ante un fenómeno migratorio no intencionado por una sociedad.
Sin embargo, y sin ninguna intención de trivializar el fenómeno de la migración, una sociedad puede beneficiarse enormemente de dicho fenómeno. De hecho, si hay algo que tienen en común aquellos países que han alcanzado un alto nivel de desarrollo es, justamente, haber sabido sacar el mejor provecho posible de recibir ciudadanos de otros lugares del mundo.
Una sociedad abierta a estos procesos es más creativa e innovadora, se enriquece más culturalmente, debido al intercambio de distintas formas de vida y costumbres, impulsando espacios como la gastronomía y el arte. De la misma manera, las empresas y el mercado tienen más disponibilidad de buen talento y encuentran soluciones impensadas a problemas tradicionales, gracias a darles miradas de nuevos ángulos. Es tan crítico este tema y tan beneficioso para las sociedades y las empresas que, por ejemplo, en Alemania los grandes grupos empresariales se han unido para promover discursos pro-migratorios, ya que han entendido que necesitan migrantes para mantener su actividad económica. Esto lo hicieron creando un grupo llamado Defendemos los Valores, buscando priorizar la diversidad, la apertura y la tolerancia, reconociéndolas como la base de la prosperidad económica alemana.
Hoy, en Colombia tenemos la oportunidad de replicar las mejores prácticas mundiales que nos permitan fortalecer nuestra economía, promoviendo la creación y crecimiento de negocios con la capacidad de desarrollar un lente migratorio, en el que ambas partes se puedan beneficiar.
Una gran oportunidad concreta que se presenta en estos momentos es la que ha desarrollado el Programa Mundial de Alimentos (PMA), a través del Hub Regional de Innovación para América Latina y el Caribe –HZero-, quienes lanzaron EnRumbo30, un programa de aceleración que apoya a startups y emprendimientos con soluciones innovadoras que mejoren las condiciones de vida y socioeconómicas de víctimas de desplazamiento forzado, personas migrantes y retornadas colombianas.
El programa surge como una estrategia que permita la integración socioeconómica de estas poblaciones en la economía nacional, teniendo presente que hay más de 6.8 millones de víctimas de desplazamiento forzado en Colombia que requieren protección y asistencia; además, la migración ha aumentado considerablemente en los últimos años: el número de migrantes provenientes de Venezuela aumentó de 39.000 en 2015 a 2.8 millones en enero de 2024.
En este contexto, EnRumbo30 espera convertirse en un referente en el ecosistema de emprendimiento, promoviendo la innovación como herramienta catalizadora para mejorar la vida de las poblaciones vulnerables e impulsar la innovación para reducir la dependencia de la asistencia humanitaria y acelerar transformaciones positivas en la vida de las personas.
También como una oportunidad para involucrar al sector privado y al entorno de innovación en un ejercicio de co-creación de soluciones a largo plazo para el desarrollo sostenible del país.
El programa proporcionará acompañamiento técnico personalizado, mentorías y un total de 130.000 dólares de financiación que fortalecerán 30 startups y emprendimientos en Colombia, donde 15 de ellas recibirán apoyo financiero de ocho a once mil dólares para escalar sus planes y generar crecimiento para su organización.
Las soluciones propuestas deben abordar de manera innovadora las necesidades de las personas retornadas colombianas, desplazadas internas y migrantes de origen venezolano, brindando estrategias que promuevan la inclusión financiera, la empleabilidad, el bienestar psicosocial, el acceso a alimentos nutritivos, servicios esenciales y redes de apoyo, entre otros.
Erradamente nos han enseñado que las grandes civilizaciones nacen cuando los seres humanos pasan de ser nómadas cazadores y recolectores a agricultores asentados en un mismo espacio. Nada está más lejos de la verdad, ya que es el movimiento de las personas lo que nos permite tener mejores sociedades, más conectadas, más tolerantes, más interculturales y con menos prejuicios. Realmente las grandes civilizaciones se han beneficiado de ambos movimientos, el asentamiento y el movimiento. No perdamos de vista las oportunidades de este último.
Nota: La convocatoria para el programa de aceleración EnRumbo30 estará abierta del 30 de mayo al 25 de junio de 2024.Para más detalles, visite este enlace: https://bit.ly/enrumbo30