Emprender: el camino que no todos toman, pero que todos deberíamos apoyar

“Emprender no es para todo el mundo”. Razón tienen aquellos que repiten esta frase una y otra vez; es verdad, no todos se arriesgarán a emprender a lo largo de su vida, pero quienes se atreven a hacerlo, descubren un camino lleno de sorpresas, lecciones, alegrías y una transformación personal que rara vez se alcanza en otros ámbitos de la vida profesional.

Estamos en un momento en el que el emprendimiento ha llegado a ser romantizado. Tenemos grandes referentes en el ecosistema de emprendimiento global, con fundadores que le han apostado a ser disruptivos en sus industrias y se atrevieron a cuestionar los métodos convencionales, las barreras estructurales y los límites geográficos, logrando ser hoy exitosos. Pero, no dejemos a un lado la verdad de que, detrás del éxito logrado de una manera aparentemente fácil, hay años de trabajo, miles de lecciones aprendidas por compartir y situaciones llenas de incertidumbre como la única verdad constante en el camino de emprender.

Emprender implica enfrentarse con uno mismo, desafiar sus propias capacidades. Emprender requiere gran resiliencia y convicción, porque solo quienes luchan por construir su propio camino -abandonando lo seguro- logran desarrollar negocios que sobresalen. Pero, sobre todo requiere una enorme inteligencia emocional para adaptarse al cambio y continuar abriendo camino con estrategia.

Sin embargo, emprender no debería ser un camino tan solitario y sufrido, exclusivo para unos pocos “valientes” que deciden emprender. Si bien, todos no emprenderán, todos tenemos la capacidad y el deber de apoyar en el desarrollo de una cultura que valore y cultive el espíritu emprendedor, porque solo así podremos continuar en un entorno próspero capaz de adaptarse al cambio, generando empleo, ampliando capacidades y desarrollando economías.

Colombia necesita emprendedores que dinamicen la economía con su resiliencia y convicción; emprendedores que muevan el status quo con su visión disruptiva, su capacidad de soñar en grande y de su ímpetu para crear un futuro próspero. Pero también requiere apoyo; de los líderes de hoy, de los corporativos y de la fuerza de los medios para resaltar su proceso inspirando a otros emprendedores, no solo cuando logran el éxito.

Así que, emprender no es para todos y está bien que así sea; pero quienes se arriesgan nos están haciendo un favor colectivo y apoyarlos sí debería serlo; porque cada emprendedor que avanza impulsa con él, el desarrollo económico y social de nuestro país.

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