Un proyecto en el que trabajan conjuntamente el Área Metropolitana y varias universidades, para realizar un estudio de la calidad del agua que genere las pautas técnicas para proyectar su descontaminación
Según informaciones de la Universidad Nacional, del recorrido de 100 kilómetros del río Medellín que atraviesa todo el Valle del Aburrá, solo 3 están libres de contaminación.
Desde 2003 se desarrolla el proyecto RedRío, realizando un seguimiento periódico a las características fisicoquímicas y biológicas del agua en diferentes periodos estacionales, épocas cronológicas y puntos geográficos relevantes desde el nacimiento hasta su desembocadura, para conocer la calidad del mismo por estación y tramo.
Después de muchos intentos por descontaminar el río por parte de alcaldías pasadas, RedRío aparece como una esperanza para lograrlo y empezar a ver resultados concretos en el año 2015. Para explicar mejor los alcances del proyecto, Alejandro González Valencia, subdirector ambiental del Área Metropolitana, respondió algunas preguntas vía correo electrónico.
¿Qué buscan con RedRío?
Cuando tenemos la información y el conocimiento obtenido mediante el proyecto, se desarrolla un modelo matemático que permite simular la cantidad y calidad del agua del río bajo diferentes escenarios, indispensable para la planificación y la administración del recurso, actualización de políticas para el control de vertimientos, metas de reducción de la contaminación, seguimiento a los indicadores de calidad y de gestión como autoridad ambiental urbana y la priorización de acciones de gestión a corto, mediano y largo plazo que conveniente, efectiva y oportunamente, permitan la protección y conservación de la principal fuente hídrica de la región metropolitana.
¿Quiénes participan y con qué funciones?
La ejecución del proyecto se realiza mediante convenio entre el Área Metropolitana del Valle del Aburrá y la Universidad de Antioquia, quien a su vez realizó un convenio con la Universidad Nacional, la Universidad de Medellín y la Universidad Pontificia Bolivariana. La Universidad de Antioquia coordina el desarrollo y adecuada ejecución del proyecto, además en los laboratorios de calidad de agua se realizan análisis fisicoquímicos y microbiológicos; la Universidad Nacional es la encargada del componente hidráulico e hidrológico; y en los laboratorios de la Universidad de Medellín y Universidad Pontificia Bolivariana se realizan también análisis fisicoquímicos de las muestras recolectadas en las diferentes campañas.
¿Cuáles son los puntos más críticos del río?
Con base en los resultados obtenidos de los indicadores de calidad, se resalta que el tramo más crítico se encuentra entre puente Acevedo y Ancón Norte, debido a la alta intervención antrópica, producto de la gran actividad industrial y a la descarga de vertimientos de aguas residuales no tratadas. Se espera que con la construcción de los colectores, interceptores y la futura planta de tratamiento de aguas residuales del norte en Bello, se recupere la calidad del agua del río en dicho tramo.
¿Qué hallazgos han obtenido con RedRío?
Mediante la ejecución del proyecto se obtiene el conocimiento en cuanto a oferta ambiental, es decir, conocer la disponibilidad y calidad del recurso a lo largo del río durante diferentes épocas del año, necesarios para la toma de decisiones en la administración y gestión del recurso. Se realiza monitoreo en 18 estaciones sobre el río y en las principales quebradas afluentes. Además, en el proyecto: Red de monitoreo ambiental en la cuenca hidrográfica del río Medellín, RedRío Fase III (2009-2011), se involucra el monitoreo de las aguas subterráneas. Es así, como la red de monitoreo hidrogeológica del Valle del Aburrá está conformada por 89 puntos de agua.
¿Cómo ayudaría el funcionamiento de la segunda planta de EPM?
EPM, para el año 2014, tiene programado tener en operación la infraestructura de recolección y tratamiento de aguas residuales para tratar 120 toneladas al día de materia orgánica y 120 de sólidos suspendidos. Con esta infraestructura, será posible llevar el oxígeno disuelto del río Medellín a niveles mínimos de 5.0 mg/l. La obra principal de este sistema la constituirá la planta que tratará la aguas residuales de los municipios de Medellín y Bello. Con esta nueva planta y la de San Fernando ya en operación, el Valle del Aburrá estará tratando, con plantas a nivel secundario, el 80% de sus aguas residuales, lo que la convertirá en la región líder del saneamiento hídrico en Colombia.
¿Se puede pensar en la navegabilidad del río en el futuro?
Para determinar si un río es navegable es necesario tener en cuenta el caudal y para poder tener contacto secundario con el agua, es necesario recuperar su calidad. La descontaminación del río es un proceso lento que requiere total articulación en la gestión de todos los actores involucrados, y esto depende de factores como: conciencia y responsabilidad ciudadana con el ambiente, manejando y disponiendo adecuadamente los residuos líquidos y sólidos; cumplimiento de la normatividad ambiental por parte de todos los sectores de la economía (industrial, comercial, de servicios y minero); planificación de la norma en materia de desarrollo urbanístico, expansión urbana y ordenamiento territorial; cobertura total en recolección, transporte y tratamiento de aguas residuales por parte de las empresas prestadoras de servicios públicos; prevenir, controlar y mitigar las causas de erosión, lavado y arrastre de suelos, desestabilización de taludes y márgenes de las corrientes hídricas.