La discusión no está fácil: colectivos que desean salvaguardar los árboles que tradicionalmente han proveído servicios ambientales, enfrentados a entidades públicas que intentan proveer transporte público para continuar con la alimentación del servicio integrado de transporte de la ciudad ¿Quién ganará? Todavía no lo sabemos.
La Universidad Nacional realizó un estudio en el tramo de construcción del Metroplús, en el cual encontró que el mismo generaría un impacto ambiental positivo porque los árboles de la zona, y que son los responsables de limpiar el aire de las partículas PM2.5, no tienen el mejor estado fitosanitario ni están brindando los servicios ambientales adecuados, precisamente por la alta contaminación producida por la cantidad de automóviles que circulan.
Adicionalmente, el túnel que forman los mismos, impide que los gases se dispersen. Las partículas se quedan concentradas en el sitio. Bajo la sombrilla que nos brinda este estudio y teniendo en cuenta que el problema de la contaminación en el Valle de Aburrá no da espera -es hoy un problema de salud pública- me pregunto: ¿existe algún estudio técnico que soporte los argumentos que tienen los colectivos que salvaguardan los árboles?, ¿hay estudios que sustenten cómo sería el impacto del ruido en las viviendas cercanas al túnel verde por la tala de los árboles?
Teniendo en cuenta que en nuestra sociedad el vehículo es un símbolo de estatus ¿qué estrategias se van a implementar para reducir el uso del automóvil a nivel individual y para mejorar la calidad del combustible y reducir paulatinamente el parque automotor que utiliza diésel?