Eso es el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín (POT) y la revisión de que hoy es objeto: un reto para la ciudad. Por todo lo que significará para el futuro de Medellín a mediano y largo plazo, no exageran aquellos que afirman que será “la brújula de los próximos doce o quince años”. Siempre y cuando se tome en serio, claro.
De la trascendencia del POT, al cual nos referimos ampliamente en esta edición de Vivir en El Poblado, no duda la administración municipal que lo ha calificado como el proyecto más importante que radicará en el Concejo de Medellín este año. A partir de su entrega al Concejo, proyectada para el mes de julio, los corporados tendrán noventa días para discutirlo y aprobarlo.
Dada la premura, lo cierto es que la socialización del Plan de Ordenamiento Territorial ocupa por estos días buena parte de la agenda pública, y la comuna 14 no ha estado ajena a esta actividad. En este sentido, consideramos pertinente destacar la creciente movilización que en las últimas semanas ha habido por parte de la comunidad de El Poblado en torno al proceso de revisión del POT. Las reuniones a las que han citado Planeación Municipal y el Consejo Territorial de Planeación -ente civil que el 27 de junio deberá entregar un concepto no vinculante sobre el POT a la Alcaldía-, han contado con la participación y el apoyo de las JAC, la JAL, organizaciones como Corpoblado y diferentes líderes y residentes de esta zona de la ciudad.
Sin embargo, hay que ser claros: es muy corto el tiempo (42 días -del 16 de mayo al 27 de junio-) que le dio la Alcaldía al Consejo Territorial de Planeación para estudiar un documento tan complejo como el POT, asimilarlo, concertarlo con la ciudadanía en general, socializarlo y hacer propuestas que el Municipio puede o no acoger antes de presentarlo al Concejo. No en vano hay una inquietud generalizada en las diferentes organizaciones sociales, al menos de El Poblado: la gente no está capacitada para discutir a consciencia el POT, no ha tenido tiempo para conocerlo a fondo y mucho menos para asimilar sus implicaciones.
La preocupación se ahonda cuando se recuerda que el actual POT -de 1999 y revisado en 2006- es desconocido para la gran mayoría de personas, y muchos de sus postulados han sido letra muerta, bien sea por ignorancia, por viveza o por falta de herramientas de la municipalidad para cumplirlo y hacerlo cumplir.
El esfuerzo que se haga en los últimos días para socializar el POT será fundamental, si se quiere que de verdad sea una carta de navegación y no un ensayo anodino en los archivos oficiales.
De todas maneras, confiamos en que el poco tiempo que queda para conocerlo y discutirlo sea suficiente para que los ciudadanos -todos, sin excepción- nos apropiemos de él, le hagamos seguimiento, veeduría y procuremos que se cumpla, en aras de hacer de Medellín una ciudad mejor.