Por su consultorio han pasado muchos niños y familias, con historias muy distintas. Hay de varias nacionalidades y creencias. Hay con dolores y salud. Y en todos los casos, está ella, como observadora y apoyo, con una alegría que otros celebran.
Su interés por el mundo espiritual, y poder aportar, la llevó a escribir un libro que presentó hace unos días y tituló El poder de la serenidad. Aquí, cuenta cómo ha sido su vida, y también le permite al lector abrir su mente a otras creencias y a otros mundos, a través de su encuentro con Nandas Grammadas, un médico que nació en la India, habla 10 idiomas, y actualmente vive en Guarne, Antioquia.
Las enseñanzas ganadas después de hablar con él hacen parte de este libro; esta es una: “Escucha de tal manera que todos amen hablarte y habla de tal manera que todos amen escucharte”.
Su apertura a este encuentro y lo sucedido a partir de él también se convierte en un ejemplo de lo que pasa actualmente en Medellín, una ciudad que recibe visitantes de distintos lugares capaces de traer otras formas de ver la vida y de ofrecer posibilidades nuevas para abordar situaciones.
Servicio y sin fórmulas
Cuando se le pregunta sobre el motivo que hace diferente a este libro, explica: “Este libro no ofrece técnicas o fórmulas mágicas para llegar a un estado de más conciencia. Aquí cuento la historia de una persona coherente y espiritual y se contrastan opiniones que surgen en Oriente y en Occidente. Estas opiniones pueden servir para llegar a un lector con dudas sobre espiritualidad. Al mismo tiempo, leer lo que escribo aquí puede servir para evitar polarizaciones y lograr un estado de neutralidad”.
A través de este libro también busca invitar a las personas a quitar poder a las críticas y a centrarse en lo esencial: “Siempre les digo a mis pacientes cuando critican a guías, maestros o terapeutas, que se queden con el mensaje y no se distraigan juzgando al mensajero. También aplico este concepto cuando veo a un amigo terapeuta enredado, a un médico enfermo, incluso cuando yo misma tengo dificultades o situaciones que me sacan de mi centro”.
Cuando se le pregunta sobre el futuro, no tiene una respuesta absoluta: “El punto de encuentro de todo lo que hago es el servicio al ser humano. Sirvo como odontopediatra, conferencista, escritora. Me veo concentrada en trabajar en mí y, si siento el deseo de compartir con los demás, lo seguiré haciendo. Tal vez venga otro libro. Me encantó escribirlo y sentí que fue una terapia”.