En mes y medio estará listo uno de los lugares revolucionarios de arquitectura con contenedores en Medellín, será otro referente en la transformación de Ciudad del Río.
Buenaventura, Singapur, Hong Kong, Colón, son ciudades con puertos. En 10 años de vida útil que tiene, un contenedor pudo pasar cantidad de veces por lugares como estos, cargado de mercancía tras viajes largos en altamar. Ahora son utilizados para transformar espacios en ciudades como Medellín.
La complejidad y el costo de chatarrizar un contenedor hace que muchos terminen acumulados en un lote; por eso su aprovechamiento como insumo arquitectónico cada vez toma más fuerza en el mundo. “Hay una tendencia en el uso de contenedores al convertir una pieza de carga en un lugar agradable para las personas”, afirma el arquitecto Camilo Ramírez.
En Medellín ya se han visto desarrollos para restaurantes en Contenedores Las Vegas y muy pronto como Coworking en Ciudad del Río, en el que participan como diseñadores y constructores los arquitectos Camilo Ramírez y Tomás Vega.
“El proyecto surge para aprovechar una antigua bodega de uso industrial, los contenedores son una solución para aumentar el aprovechamiento del espacio” explica Ramírez, quien agrega que en esta obra en específico se está reciclando una bodega con elementos también reutilizados pero que logran un ambiente agradable con elementos metalmecánicos (hierro, hojalatas, entre otros) y madera.
La bodega en la que se ejecuta este proyecto tiene una serie de bloques ensamblados con conjuntos de tres contenedores asociados, lo que permite, como en un tetris, aprovechar mejor el espacio, según Vega.
Entre las modificaciones que se le hicieron a la bodega se encuentra el cambio de la cubierta, que ahora tiene paneles corredizos y permite una reducción de costos en el uso del aire acondicionado. Además, el lugar cuenta con paneles solares que permiten surtir el 50% de la energía eléctrica y un sistema que recoge las aguas lluvias y puede ser utilizado para regar las jardineras.
Vega agrega que “la construcción con contenedores puede ser más rápida que una obra tradicional. Por ejemplo esta bodega de 2.100 metros cuadrados se adaptó en 10 meses”. Agrega que los costos están sujetos al tipo de proyecto aunque pueden ser muy similares al de un proyecto convencional.