Se aproximan las épocas electorales, ya la ciudad se está llenando de vallas y carteles con los nombres de los candidatos y las candidatas que en su mayoría vienen por firmas.
También se mueven mucho los políticos de partidos tradicionales y desde luego, tantos nombres que cuesta conocer a todos y a todas las personas que quieren un cargo.
Por: Daniel Suárez
Activista en bicicleta en el mundo de la comunicación y la publicidad
Y entre toda esa dinámica, hay algo que me gustaría ver con más fuerza: se trata de la juventud alternativa. Cuando me refiero a alternativa es que esté libre de movimientos políticos tradicionales y que traiga una dinámica más de trabajo real a la sociedad y también en cargos donde se pueda hacer más con menos, como las JAL (Juntas Administradoras Locales)
Las JAL son el espacio donde se puede gestar una conexión mayor para el beneficio de las comunidades y sectores, son ese puente entre la administración y la ciudadanía, son el punto de equilibrio y quienes marcan la ruta desde los planes de desarrollo para los diferentes lugares de la ciudad. Actualmente, en su mayoría, están en manos de partidos que no tienen una dinámica de participación colectiva, sino más individual y para el interés de pocos, como sucede en El Poblado, en donde todos son de un mismo partido. O en la comuna 12, donde la mayoría son de un mismo partido y otros dos se dividen las demás ediles: esto muestra un desequilibrio importante, tanto de poca participación ciudadana como de decisión para un grupo específico de esa misma ciudadanía.
Quisiera aprovechar este espacio y mis palabras para animar a los jóvenes que están incursionando en lo político, que intenten entrar a las dinámicas de participación que permiten las Juntas de Acción Comunal y que a través del voto popular, busquen llegar a las Juntas de Administración Local, por ejemplo en El Poblado. Desde estos espacios se podrían gestar ideas para mejorar las dinámicas de convivencia en el espacio público, analizar las problemáticas más a fondo de lo que sucede en las zonas de rumba, buscar vincular más a las comunidades jóvenes que habitan la zona, mejor dicho, buscar mejores dinámicas. Ya es hora de desplazar a las personas que siguen en estos espacios y no han buscado un bien común, sino algo para un público específico.
Miremos los ejemplos que se logran en comunidades de las comunas 1, 4, 13 y demás, donde los jóvenes, colectivos artísticos y ciudadanos, buscan cambiar el barrio y aportar a una construcción de ciudad.