Eran las 3:57 de la madrugada del viernes 19 de julio, y el gerente del Metro de Medellín, Tomás Elejalde, iba rumbo a la reapertura de la línea K, o mejor, del metrocable de Santo Domingo. Al llegar a la estación, fue recibido por un usuario emocionado. Arrodillado, dándose la bendición, recibió con un abrazo al gerente: “¡Nos hacían mucha falta! -dijo-. Gracias a Dios… mi metrico”.
La estación estuvo cerrada durante 20 días, por el lamentable accidente ocurrido el 26 de junio anterior, en el que murió un vecino del barrio, John Jairo Londoño, y resultaron heridas otras 20 personas. Hasta el momento, se sabe que el accidente ocurrió cuando una cabina golpeó a otra en la salida de la estación, lo que causó el desprendimiento y la caída de la estructura desde una altura de más de 10 metros.
Según afirmó el gerente, para el Metro este ha sido el hecho más doloroso de sus 29 años de existencia. Desde que se inauguró la primera línea de metrocable, precisamente esta Línea K, hace 20 años, nunca se había presentado un accidente fatal asociado a la operación. “Ese accidente desafortunado profundizó nuestros mantenimientos, ya rigurosos de por sí, y hará que, con el apoyo de EAFIT, la Universidad de Antioquia y la Aerocivil, determinemos las causas y tomemos medidas contundentes para evitar que se repitan este tipo de hechos, no solo en Medellín, sino en otros sistemas de transporte por cable en el mundo”, dijo Tomás Elejalde en un comunicado público.
La manera afectuosa como la comunidad de Santo Domingo recibió la apertura de la estación, refleja la confianza que la empresa Metro se ha ganado entre los usuarios. Y entre la comunidad internacional, según lo confirma el gerente del Metro: “Fuimos los primeros en el mundo en haber implementado un metrocable urbano para transporte público masivo, y, de ahí en adelante, hemos aportado conocimientos y asesoría a prácticamente todos los metrocables que están en uso, y no solo en los de Colombia”. En este momento, por ejemplo, en los que se están construyendo en París; en los de La Paz, Bolivia, que tiene una red más grande que la de Medellín; y en otros sistemas parecidos, como el de ciudad de México. Incluso el diseño del de Rio de Janeiro lo hizo el Metro.
La tragedia del 26 de junio en la estación Santo Domingo puso a prueba la capacidad de la empresa para el manejo de situaciones de crisis, y revivió los cimientos de la llamada Cultura Metro. “Esta historia nos impulsa a creer firmemente que, con gran resiliencia, juntos saldremos adelante y aprenderemos importantes lecciones del accidente que nos ha entristecido profundamente”.
Otro metrocable en estudio
Según confirmó a Vivir en El Poblado el gerente del Metro, ya está en estudios de prefactibilidad una nueva línea de metrocable, entre la estación La Estrella y el corregimiento de San Antonio de Prado. Con este, ya serían 7 los metrocables del Valle de Aburrá.