Tal vez sea la biblioteca más bonita de Oriente: por sus ventanas se filtra la luz en una tarde cualquiera. Afuera, se ven los árboles de hojas color verde intenso y un perro de pelo negro que camina con confianza y suavidad por los corredores exteriores.
En las mesas, hay varias niñas de uniforme escolar que leen con concentración. Afuera, en los salones cercanos de paredes blancas y mapas que recuerdan la amplitud del mundo, hay varios profesores que enseñan a tocar instrumentos como el piano o el saxofón.
En una de las mesas de la biblioteca está sentada Mirella Bedoya, directora y promotora de lectura. Hablar con ella es conocer la historia de este lugar, es recordar ese gusto genuino por las historias que tienen aquellos que se enamoran del mundo de los libros y buscan llevar ese afecto a otros.
Su historia comenzó en la vereda Pantalio, localizada a casi 25 minutos de aquí. Mirella cuenta que un día llegó hasta allá Gloria Bermúdez, fundadora de este laboratorio distinto (el nombre Niños y jóvenes son acompañados por el equipo de trabajo y “reciben lo mejor de cada persona”.
Este trabajo juicioso ha hecho que sean merecedores de varios reconocimientos nacionales y locales. Mirella Bedoya es la directora de este lugar en el que trabajan 17 personas y a las que se suman 4 voluntarios.
Reciben el apoyo y guía de una junta directiva. Están aquí de lunes a viernes, de 8 a.m. a 5:30 p.m. Y los sábados, de 9 a.m. a 2 p.m. lo escogió ella después de haberlo visto en la oficina de un profesor amigo), y quien iba acompañada por mujeres como Margarita Rosa Carder, Márgara López y Norita Londoño.
Interesada en el bienestar de niños y jóvenes y convencida del poder que tienen las bibliotecas en la vida de la gente, pidió a la Alcaldía de El Retiro, en comodato, esta casa en la que están. Era el año 2009 y, desde entonces, el equipo de trabajo que ahora dirige Mirella está encargado de cuidarla y mejorarla para que siga disponible.
Respeto por los otros
Clases, talleres, charlas, asesorías o simplemente un lugar para hacer las tareas escolares son posibilidades que ofrecen a la gente. “Nos alegra mucho que las familias nos vean como un espacio seguro. Aquí pueden dejar a sus hijos con tranquilidad”, agrega Mirella Bedoya. Y ser visto como un espacio seguro tiene que ver con algo más allá de lo físico: “Aquí son bienvenidas todas las personas y nos interesa reconocerlas, que se sientan libres y en un ambiente de respeto”.
“ESTAMOS CONVENCIDOS DE QUE EL
ARTE ES ESENCIAL EN LA VIDA DE LAS PERSONAS. AQUÍ TENEMOS MUCHOS
EJEMPLOS QUE ASÍ LO DEMUESTRAN”
Mirella Bedoya,directora del
Laboratorio del Espíritu”.
Durante estos 15 años, son muchas las personas y organizaciones con las que han trabajado. También son varias las administraciones municipales con las que se vincularon: “Trabajamos con todos los que lleguen”, dice Mirella. Y explica que más que buscar un nombre o prototipo específico, buscan realizar proyectos y convenios que les permitan llevar el arte y la educación a más personas. “Queremos ser un referente en Colombia en educación, arte, cultura y cuidado de la naturaleza”.
Para esto ya reciben apoyo de la administración municipal actual y de otras organizaciones sociales. Gracias a todos ellos ya publicaron varios libros y armaron unas maletas viajeras que pueden llevarse en préstamo, hasta su casa, todo aquel que así lo desee. “Ahora buscamos aliados que nos
ayuden a cumplir un sueño futuro: llegar a otras regiones de Colombia”.
UN FERIA EXITOSA
Entre los logros de este 2024, Mirella Bedoya y su equipo resaltan la segunda edición de su Feria del Libro. Hasta aquí llegaron visitantes de Antioquia o de Colombia, como la escritora Carolina Sanín y la artista María del Sol Peralta. Este evento fue posible gracias a varios aliados culturales, a quienes
agradecen. Los interesados en sumarse a ediciones futuras pueden escribir a: