El próximo 16 de mayo el Hospital San Vicente Fundación celebra los 110 años de una entidad que nació del espíritu solidario y filantrópico de los antioqueños. Valores que permanecen y dan vida a esta entidad patrimonio.
Hace ciento diez años, en 1913, el industrial Alejandro Echavarría Isaza dio a conocer a los medellinenses su intención de promover la fundación de una entidad de salud en la ciudad: “…he resuelto fundar un hospital, pero un hospital grande, muy grande, que tenga siempre la capacidad suficiente para albergar a todo hijo de Antioquia y del resto del país que necesite de sus servicios”.
“El Hospital San Vicente de Paúl es un patrimonio de los antioqueños”.
Con esta idea, reunió a los representantes del gobierno local y la Iglesia, a los empresarios, a los comerciantes, a la sociedad civil y a la academia, para dar vida al Hospital San Vicente de Paúl, hoy San Vicente Fundación. Un ejemplo de filantropía y esfuerzo conjunto, valores que permanecen como pilares fundamentales de esta entidad. Así lo expresa el doctor Diego José Duque Ossa, director del Hospital San Vicente Medellín: “Este hospital nació de la solidaridad del empresariado antioqueño, y de todas las fuerzas vivas de la ciudad. Y ese sigue siendo el valor primordial del Hospital. Acá atendemos al mayor porcentaje de personas vulnerables en el sistema de salud; personas que, aún con el esquema de aseguramiento que tenemos en el país, tienen grandes dificultades para acceder al sistema”.
Pero este, el pilar de la solidaridad, no es el único legado que permanece de los fundadores del Hospital San Vicente. El otro, según afirma el doctor Duque, es estar siempre atento a las necesidades de la población, y reaccionar a tiempo y de la mejor forma. Su nacimiento se dio porque la ciudad crecía aceleradamente, y solo contaba con una entidad de salud, el Hospital San Juan de Dios. De ahí en adelante, cada hito del Hospital responde a un requerimiento de la comunidad: la creación del pabellón infantil, en los años 50, que es ahora el Hospital Infantil más grande del occidente del país; la fundación de la primera Unidad de Trasplantes en el país, como respuesta a la falta de atención a las enfermedades crónicas; la especialización en el manejo del trauma, en la Policlínica, en la terrible época violenta de los años 90; y, finalmente, la oportuna y eficiente reacción institucional en la pandemia del Covid19.
78
UCI pediátricas y neonatales tiene el Hospital.
130
UCI para adultos tiene el Hospital.
Resultados que se deben, en gran parte, a la simbiosis exitosa del Hospital San Vicente de Paúl con la Universidad de Antioquia, que, con su Escuela de Medicina, se unió al gran proyecto promovido por Alejandro Echavarría. “Desde el principio -dice el director- este Hospital ha sido muy innovador. No solo en el manejo de trasplantes, sino también en técnicas quirúrgicas para el manejo del trauma; en ortopedia, en material de osteosíntesis; en manejo de hidratación para niños; en tratamientos de altísima complejidad, por ejemplo”.
Una efeméride para celebrar este patrimonio de la ciudad y del país. Un patrimonio arquitectónico, pero también del saber y del conocimiento. Y, sobre todo, un ejemplo pasado de lo que mejor sabemos hacer los antioqueños: juntarnos para resolver los problemas, aún en los momentos más difíciles.
