En 2023 llegará el aniversario 80 del Hospital Infantil Santa Ana, entidad surgida de la filantropía empresarial antioqueña y considerada la primera prestadora histórica de servicios de salud en El Poblado.
La actual ola invernal inunda y sobrepasa los servicios pediátricos en la ciudad, dejando en evidencia la necesidad de ampliar la oferta en camas de hospitalización infantil, sobre todo para la atención en dos de los males que más aquejan a nuestros niños: enfermedades respiratorias y desnutrición.
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Como lo viene haciendo desde marzo de 1943, el Hospital Infantil Santa Ana quiere seguir mejorando su contribución a la salud de nuestra infancia, para lo cual sus directivas trabajan en un ambicioso proyecto de ampliación de su infraestructura y servicios.
Se trata de cuatro nuevos pisos sobre sus instalaciones actuales, levantadas a su vez en 2015 gracias a las donaciones de todo tipo hechas por docenas de empresas y familias antioqueñas. El objetivo es hacerlo de nuevo, logrando reunir los apoyos privados necesarios para este proyecto avaluado en $35 mil millones.
10.000 niños son atendidos al año entre consulta médica, nutrición y hospitalización, en el Hospital Infantil Santa Ana.
“Así pasaremos de nuestras 23 camas de hospitalización infantil a más de 105 camas, entre cuartos bipersonales e individuales. Con nuevas especializaciones y servicios que nos acerquen a la meta de una atención integral; que los niños y sus papás encuentren aquí todo, desde el tratamiento de problemas de aprendizaje hasta ortopedia”, explicó Cecilia Ruiz, su directora.
Un patrimonio en Manila
El Santa Ana, en su habitual sede del barrio Manila, fue el primer establecimiento clínico en El Poblado; anterior incluso al primer centro de salud oficial abierto a un costado del templo de San José, en el parque principal de nuestra comuna, finalizando la primera mitad del siglo XX. Los recursos para su fundación fueron entregados por Ana Josefa Misas de Echavarría, con el fin de establecer inicialmente un albergue para atender a los niños de las zonas rurales de El Poblado, quienes vivían en precarias condiciones, en lo que hoy conocemos como las lomas y más allá.
Desde un comienzo, el Santa Ana ha sido un referente para el combate de la desnutrición infantil, no sólo de la ciudad, también en el resto del departamento y otras zonas del país; así como de otras dolencias. Poco después de su entrada en funcionamiento, se gestionaba en triángulo con el Hospital San Vicente de Paúl y la Clínica Medellín.
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“Ellos operaban los niños y aquí se recuperaban; muchos de esos niños llegaban a la ciudad por un convenio con el Servicio Aéreo de Salud”, recordó la actual directora, quien está vinculada con la entidad desde hace 35 años, cuando empezó sus prácticas profesionales como educadora.
En el Santa Ana se dio la creación del programa de recuperación nutricional ambulatoria, liderado por la anterior directora, Mercedes Echavarría de Rojas, buscando contrarrestar la alta tasa de reingresos. “Montamos el piloto con el Instituto de Bienestar Familiar, que sigue trabajando con nosotros y manejando el mismo programa actualizado y ampliado, que es el de Familias Saludables”.
“El Pablo Tobón opera aquí consulta externa y la Fundación Clínica Noel gestiona los quirófanos”.
Cecilia Ruiz recordó también que “aquí nació Maná, lo construimos junto a la Gobernación de Antioquia, con los doctores Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverri. Esta institución ha sido pionera en muchos aspectos. Fuimos los primeros en importar leches en polvo y camas especiales de pediatría. Queremos seguir siendo un gran apoyo para el futuro de nuestra sociedad, que son nuestros niños”.