Aunque por decreto municipal El Guamal pertenece al barrio San Diego, de la Comuna 10, sus habitantes se siguen considerando de El Poblado
Por la carrera 41 con la calle 28, detrás de la Loma de San Julián y rodeado de edificios de más de 20 pisos de altura, está situado un barrio casi diminuto: El Guamal. Un sábado a mediodía parece un pueblo fantasma. Sus dos únicas calles, las que lo rodean, están vacías y solo un carro último modelo se ve en las afueras de una de las 37 viviendas del sector. Un gallo atento es por un momento el único ser vivo visible en el área.
Mirado desde arriba, El Guamal se asemeja a uno de esos pequeños feudos de los viejos cuentos infantiles. Está rodeado de árboles, arbustos, flores y bañado por dos quebradas: El Indio y El Seminario. Al entrar al barrio sobresale entre sus discretas casas un edificio nuevo y enorme, y otro cuento infantil viene a la mente: Gulliver en el país de los enanos. Sorprende que esta construcción esté muy cerca de una de las quebradas, prácticamente sin retiros, lo que sin duda es un factor de riesgo.
La ubicación de El Guamal es privilegiada: a poco más de una cuadra de la Avenida El Poblado, muy cerca de Las Palmas y la calle 30; tiene a su alcance rutas de transporte y un sinfín de servicios de toda índole: médicos, educativos, comerciales, financieros y de diversión, por citar apenas unos cuantos.
De Guatapé para El Guamal
Tal y como lo registró en una edición anterior Vivir en El Poblado, una de las más antiguas habitantes de El Guamal es Pastora Martínez, quien en 1954 llegó a la zona con su esposo procedente de Guatapé, para instalarse en una propiedad cedida por su jefe, un conocido industrial antioqueño, el mismo que años después les cedió el terreno. “Desde ese momento nos sentimos de El Poblado”, le contaba Pastora a este medio. “El único vecino que teníamos en ese entonces era el señor Eliseo Muñoz. Poco a poco las familias se fueron multiplicando y el sector fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy”.
La nuera de Pastora, Ángela María Escobar, quien llegó a El Guamal en el año 1974, relataba, por ejemplo, que sus cuñados y cuñadas estudiaron en establecimientos educativos de la Comuna 14, como la escuela Diego Echavarría, la Francisco Herrera Campuzano y el Instituto El Poblado. Así mismo, actividades sociales, labores notariales y otros asuntos de la vida cotidiana como mercar, ir al médico, o bautizarse, casarse e ir a misa lo han hecho siempre en El Poblado. Hasta en los impuestos prediales constaba que eran de la comuna 14.
Es decir que desde la década del 50 del siglo 20 hasta ahora, la vida de El Guamal se ha desenvuelto en El Poblado, en todos los aspectos. De ahí el que les parezca traído de los cabellos y arbitrario el que por decreto pertenezcan a otro barrio de Medellín.
No a la pérdida de identidad
De acuerdo con el decreto 346 del año 2000, el cual establece los límites de Medellín, El Guamal pertenece al barrio San Diego, de la comuna 10 -La Candelaria-. Sin embargo, el nombre El Guamal tampoco aparece en el mapa oficial de este barrio, disponible en el sitio web del Municipio, y solo es posible deducir su ubicación.
Cuando en 2010 entró en vigencia el decreto 1073 de 2009, por medio del cual se reglamentó el proceso de Presupuesto Participativo –PP- y se acogió la normatividad vigente, los habitantes de El Guamal fueron apenas notificados de que no pertenecían a la comuna 14 sino a la 10. Es decir, diez años después de expedido el decreto.
La noticia cayó como un baldado de agua fría. Los habitantes de El Guamal sintieron que su identidad y su territorio quedaban en el limbo y sus raíces en el aire. Sin embargo, tras varias cartas a la Alcaldía y gracias al apoyo de la Junta Administradora Local de El Poblado y del Consejo Comunal para el PP, se les permitió seguir participando en el proceso de Presupuesto Participativo por la Comuna 14.
“Apoyamos a El Guamal para que siguiera haciendo parte del Poblado y no del Centro, no porque uno sea mejor o peor que el otro sino por cuestión de identidad. Se sentían mal porque se les desconocían sus raíces de un día para otro”, dice Santiago Quintero, Secretario de la JAL. “La lucha no termina –agrega- porque la única manera de que El Guamal sea otra vez oficialmente parte de El Poblado es que el Concejo mediante un acuerdo establezca una nueva delimitación. Por eso seguiremos trabajando”.