En el 2025, el ecosistema fintech en Colombia y Latinoamérica se encuentra en un punto de inflexión. La industria está experimentando transformaciones significativas impulsadas por la innovación tecnológica y un entorno regulatorio en constante evolución. Con el estreno del sistema de pagos interoperables, impulsado por el Banco de la República, estamos a las puertas de una verdadera revolución en el sector financiero.
En este contexto, se presentan cinco tendencias clave que definirán el rumbo este año:
Auge de la tokenización y finanzas descentralizadas (DeFi):
La tokenización está cambiando las reglas del juego al permitir la fraccionación y digitalización de activos como bienes raíces y créditos, haciéndolos accesibles a una base más amplia de inversores. Se estima que este fenómeno representará una oportunidad de negocio de aproximadamente 600 mil millones de dólares para 2030. En Colombia, esta tendencia crece, democratizando inversiones y diversificando portafolios.
Preferencia por pagos digitales y soluciones QR:
Los pagos digitales están en plena expansión. Más del 50 % de la población colombiana ya utiliza algún tipo de pago digital, lo que marca un avance crucial hacia la inclusión financiera, especialmente en áreas con poco acceso a servicios bancarios.
Blockchain como pilar de transparencia y seguridad:
La adopción de tecnologías blockchain está mejorando la transparencia y trazabilidad en transacciones. Esta tecnología no solo beneficia sectores críticos, sino que también promueve la interoperabilidad entre sistemas de pago, elevando la eficiencia y el alcance en los servicios financieros.
Open Banking y Colaboración entre Sectores:
El concepto de Open Banking está ganando terreno, facilitando la colaboración entre bancos tradicionales y fintechs. Esta sinergia permite a los consumidores acceder a una variedad de productos financieros personalizados y eficientes.
Adopción en crecimiento de web3 y criptomonedas:
Más de 6.3 millones de colombianos participaron activamente en transacciones con criptoactivos durante 2024. Este crecimiento refleja una creciente confianza en las tecnologías descentralizadas, lo que sugiere un futuro brillante para la economía digital.
A pesar de estos avances, el 2025 también presenta desafíos. La industria enfrenta la necesidad de adaptar marcos regulatorios que promuevan una mayor transparencia y protección del consumidor. La regulación debe ser ágil y colaborativa, permitiendo que las fintechs evolucionen en sintonía con el ecosistema financiero tradicional. La armonización regional es clave para desbloquear el verdadero potencial del sector.
Además, es urgente abordar la infraestructura digital; menos del 50 % de la población en la región tiene acceso a internet de calidad. Esto representa un obstáculo significativo para quienes buscan acceder a servicios financieros digitales. La colaboración entre los sectores público y privado será esencial para impulsar la digitalización y hacerlo de manera inclusiva.
En este entorno desafiante y prometedor, los emprendedores deben aprovechar su creatividad y tecnología para inspirar confianza en el público. Para migrar hacia una economía digital que impacte a los segmentos desatendidos, se requiere un esfuerzo coordinado a nivel país, no solo de las fintechs.
El 2025 se presenta como un año decisivo para el ecosistema fintech en Colombia y América Latina. Con una regulación adecuada, innovación continua y un enfoque en la inclusión financiera, el futuro puede ser brillante y transformador. La región tiene la oportunidad de convertirse en un líder global en innovación financiera, y juntos, debemos trabajar para que así sea.