Con un musical, un evento académico y la inauguración de un coliseo nuevo, este colegio celebra por estos días sus 75 años. Basado en los principios de la cultura judía y con el respeto por la diferencia como propósito, reúne a estudiantes de creencias, religiones, familias y nacionalidades variadas.
En los tiempos de horror en Europa, muchas familias judías escaparon de sus países, en busca de un destino nuevo. Algunas de ellas llegaron a Medellín; el orden de la historia era casi el mismo: por noticias de algún familiar, llegaban a Barranquilla y desde ahí tomaban un barco que recorría el río Magdalena desde Puerto Berrío; el destino final era esta ciudad. Sin conocer el idioma, con unas cuantas maletas y el poco dinero que quedó después de escapar al nazismo o la violencia antisemita, muchos de los inmigrantes judíos llegaron a la ciudad, a principios de siglo. Por parentesco o el hecho de tener una tradición común se reunieron en una comunidad a la que pusieron el nombre de Unión Israelita de Beneficencia. Después de algunos años en la ciudad, un grupo de señoras tomó una decisión, con el apoyo de sus familias: crear un colegio donde sus hijos pudieran crecer con libertad y tranquilidad para vivir sus creencias.
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Y es que aunque muchos de los colegios de la Medellín de principios de siglo recibían a los niños judíos en sus salones, algunos intentaban imponer en ellos prejuicios o creencias de la religión predominante. Con unas cuantas mesas y la voluntad de entregarlo todo, aunque hubiera un solo estudiante (principio que hasta hoy se mantiene), nació el Colegio Theodoro Hertzl de Medellín, en 1946. Empezó en un salón amplio de la antigua sinagoga de la calle Zea de Medellín. Una foto en sepia muestra el día en que celebraron la compra de las sillas. Y es que durante varias semanas, cada niño llegaba con la propia, porque los recursos eran limitados y no había alternativas.
Entre cultura judía y diversidad
En estas siete décadas, el Colegio Theodoro Hertzl se ha consolidado como una de las instituciones educativas más destacadas en Colombia. Aunque esto puede comprobarse en los resultados de pruebas nacionales y en otras estadísticas, hay otro indicador que revela el grado de aceptación con el que cuenta: constantemente reciben llamadas de familias interesadas en que sus hijos hagan parte de este lugar. ¿Cuál es la razón detrás de este interés? Nidia Londoño, su rectora, cuenta que muchas personas llegan hasta aquí para que los niños “puedan aprender desde pequeños, en este ambiente de respeto. Cuando crecen vemos que para ellos se vuelve natural ver una persona que vive de una forma diferente. Desde sus primeros años, en el centro de Medellín, el colegio recibió a estudiantes de religiones diversas, o a aquellos que no practican ninguna. Aquí también tenemos familias diferentes: tradicionales y otras donde hay un solo padre de familia o dos del mismo sexo. Todo ocurre bajo un ambiente de respeto”.
“Nuestro mayor aporte a la región son nuestros egresados: personas con valores y comprometidas con mejorar esta parte del mundo”
Además de esto, Nidia Londoño cuenta que el colegio se guía por los principios de la cultura judía, esos que están orientados a mejorar el mundo (Tikun Olam, en hebreo), cuidar las palabras, educación diferenciada que respeta los ritmos de aprendizaje y las personalidades (Horaá mutemet, en hebreo). A esto se suma el interés en la justicia social, la disciplina por convicción, promover el valor de la comunidad y la práctica de actos de bondad sin importar el origen o condición de la persona. A se agrega el pensamiento crítico que promueve la cultura judía desde hace más de dos mil años y que valora el debate, la pregunta y el estudio en grupo, para construir ideas nuevas. Además, un tema que desde hace años les interesa: la promoción de la cultura de la felicidad, enfocada a trabajar en la educación emocional y a que cada niño encuentre su potencial y forma de estar a gusto en el mundo. Esto último puede comprobarse al caminar por sus salones, pasillos o el bosque que se levanta en medio de las montañas de El Retiro.